* Capítulo 2

40.9K 2.2K 256
                                    

02 de abril de 2017. Filadelfia, Pensilvania, USA.

Creo que lo más duro de afrontar un embarazo a temprana edad, es que no cuentes con el apoyo que necesitas para salir adelante. Es por eso por lo que, en el momento en que Ángel Sullivan abandonó las gradas de Mels, dejándome con un mar de lágrimas y con el corazón destrozado, me di cuenta de que no podemos cegarnos con cualquier persona. No importa si llevamos años conociéndola.

Aquel ser me demostró que no es más que un cobarde, mal novio y padre que no sirve para nada. Uno que ha salido corriendo sin importarle en absoluto llevarse a todos por delante. Ha transcurrido una semana desde que pasó el suceso; tiempo en el que me he dedicado a estar encerrada entre las desoladas y aburridas paredes de mi habitación, fingiendo que todo lo que sucede a mi alrededor es solo un mal sueño del que se me está haciendo muy difícil despertar. Una pesadilla constante en la que me veo a mí misma manteniendo a un niño sin el apoyo del papá.

¿Cómo será todo? ¿Podré mantener a mi bebé yo sola? ¿Seré una buena madre, para educarlo y amarlo sin condiciones? No tengo las respuestas a esas preguntas, pero lo que sí sé es que, si tengo a este bebé, será para amarlo, enseñarle valores y demostrarle que significa mucho para mí. Que sin importar que no tenga una figura paterna a su lado, será un niño lleno de muchos principios y amor.

Un leve sonido en la puerta me eriza la piel sin previo aviso y decido que es mi momento del día de fingir que estoy durmiendo o que estoy enferma. Como lo he estado haciendo estos últimos dos días que mi madre ha entrado. Creo que me estoy convirtiendo en una terrible mentirosa.

— ¿Mía? ¿Estás despierta? —pregunta mi madre del otro lado de la puerta. Me aferro más a las cobijas de mi cama, esas que me han mantenido caliente en todo este tiempo, y decido cerrar mis ojos para aparentar estar dormida. Mi madre termina de abrir la puerta de manera lenta, provocando un ligero chirrido al abrirla por completo. Presiono mis párpados fuertemente sintiendo sus pisadas cada vez más cerca—. ¿Hija, estás despierta? Harry ha estado triste todos estos días. No asististe a la inauguración de su proyecto y quedó esperando por ti. —susurra a centímetros de mi cara, buscando algún indicio de que yo estuviese despierta. Regulo mi respiración y me mantengo alerta para escuchar cada uno de sus movimientos, con una punzada en el corazón por escuchar lo de mi hermano. No tenía fuerzas para levantarme de la cama y simplemente fingir una sonrisa delante de todos. No escucho nada por algunos segundos hasta que siento como la cama se hunde a mi lado y su suave mano comienza a sobar mi cabello—. No sé qué te pasa mi niña; pero, lo que sí sé es que algo no anda bien y aún no nos has comentado nada al respecto. Debes saber que cualquier cosa yo estoy aquí. Soy tu madre y te voy a apoyar en las buenas y en las malas.

Con sus palabras, se hizo presente una presión en el pecho. Casi le digo la verdad, pero me vi interrumpida inesperadamente por el chasquido de la puerta al ser abierta nuevamente. El inconfundible aroma del perfume de mi hermano me llega de pronto a mis fosas nasales. Siento la cama hundirse otra vez y como Harry toma mi mano con cierta delicadeza que me hace querer llorar; pero me contengo. No quería echar a perder la farsa que había estado manteniendo estos días por unas cuantas palabras de mamá. Estoy segura de que en cuanto diga que estoy embarazada, toda esa amabilidad se irá al caño.

Mi madre suelta un suspiro triste, cansada de intentar y obtener el mismo resultado, y después de unos segundos decide que era mejor rendirse y sale cerrando cuidadosamente la puerta a su espalda, llevándose con ella todas posibilidades que tenía de contar la verdad; sin embargo, Harry no tenía los mismos planes. Se mantuvo en silencio todo el tiempo, esperando que yo derrumbase todas mis barreras y confiase en él para decirle lo que estaba sucediendo.

No obstante, yo soy muy egoísta. Egoísta por querer guardarme la verdad sólo para mí cuando mis padres y mis hermanos tenían tanto derecho como yo de saber lo que estaba sucediendo con mi vida. Con o sin su apoyo.

Baby Boy! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora