09 de septiembre de 2017. Boston, Massachusetts, USA.
— ¡Vamos, Mía! —Me ruega Katherine con un quejido muy infantil que no va para nada con su actitud de chica fresa totalmente madura.
—No, Kate. Ni siquiera yo sé cuál es el sexo de mí bebé—digo con sinceridad. Había pedido a la obstetra que mantenga en incógnita el verdadero sexo del ser que tengo dentro de mí.
—Estúpida. —río con mucha gracia. Katherine ha intentado a toda costa sonsacarme la información, pero sigue teniendo los mismos resultados de mi parte. No es como si de verdad supiera. Escucho como su novia, Marie Johnson, la regaña por incontable vez gracias al adjetivo negativo hacia mi persona. Ella me sobreprotege mucho y se debe solamente al gran aprecio que le tiene a los niños.
Marie y Kate se conocieron hace aproximadamente cinco meses atrás en una fiesta donde se celebraba la graduación de último año de los chicos de la academia de Filadelfia. Que era justo donde estudiaba su querida novia cuando se encontraron. Lo gracioso del caso es que Marie está comenzando su licenciatura en la carrera de Derecho en la misma universidad que mi mejor amiga había aplicado para empezar a estudiar en unos meses cuando nos graduemos del último año de secundaria. En el tiempo que llevo conociéndola, me he dado cuenta de que es una chica muy inteligente y sabe cómo llevar una conversación con cualquier persona. Es dulce, amable y sobre todo valora mucho a mi habladora rubia. Eso es suficiente para mí.
Por otro lado, Katherine ha sido aceptada para estudiar Diseño de Moda. Esa siempre ha sido su carrera soñada.
Tengo exactamente dos meses y unos días que vivo sola. Justo el mismo tiempo en el que mis padres se enteraron de que estaba embarazada de Ángel y que él no se quiso hacer cargo del futuro bebé, llamándolo patán, cobarde, bueno para nada y un sinnúmero de insultos más que, a pesar de que estaba muy decepcionada y enojada con mi familia, debía de darles la razón.
Mi padre, aquel ser que amo con todo mi corazón a pesar de sus crueles decisiones, me sacó de mi propia casa con la mayoría de mis pertenencias, alegando que yo era una vergüenza para el prestigio de la familia y que estaba decepcionado de esa joven que tenía muchas metas para su vida. Vida que había sido arruinada con un bebé tan temprano. Esas fueron sus palabras. Me dolió ver su rabia y desencanto en sus ojos mieles, más cuando tomaba mis cosas y las arrojaba fuera de mi hogar en el que había estado viviendo toda mi vida, bajo los llantos imparables de mi madre y las constantes súplicas de mi hermano Harry, quien trataba de convencerlo para que me dejara quedar, aunque sea por unos días más hasta que pudiera conseguir un lugar donde alojarme.
Al final no hubo quién lo hiciera cambiar de opinión, así que tuve que quedarme en casa de Katherine por semanas. Luego las clases terminaron y ya me sentía un estorbo en esa casa. Tuve que recurrir a un motel, aun cuando mi mejor amiga me suplicaba que no me fuera. Harry me estuvo ayudando en busca de algún apartamento, pero cada vez se hacía más difícil para mi estado económico. El trabajo en la cafetería ya había concluido debido al escándalo que había provocado mi padre cuando se enteró que estaba trabajando ahí por meses, y el dinero no era infinito. Me había esforzado mucho y había guardado hasta el último centavo que mi padre me daba semanal. Así pude conseguir un pequeño apartamento de una habitación, que más bien parecía una caja de fósforos. Aunque sin Harry no lo hubiese conseguido.
Hablamos muy a menudo por teléfono y por video llamada, pero casi no nos vemos debido a que estamos en dos estados completamente diferentes. Ellos están en Pensilvania mientras que yo me encuentro en Massachusetts, a miles de quilómetros de distancia. Por más que mi hermano solicitó un traslado de su trabajo para acá, fue negado y no se puede dar el lujo de perder un importante empleo sin antes conseguir algo primero. Sin embargo, sus planes son venir hasta aquí y mudarnos juntos.
ESTÁS LEYENDO
Baby Boy! ©
RomanceUna cosa tiene todos los padres responsables en común: el querer el bienestar de sus hijos. Es por eso por lo que Antonio Jones siempre le insistía a su hija que no se dejara arrastrar por las garras de su novio, que, para opinión de él, era un buen...