Una cosa tiene todos los padres responsables en común: el querer el bienestar de sus hijos. Es por eso por lo que Antonio Jones siempre le insistía a su hija que no se dejara arrastrar por las garras de su novio, que, para opinión de él, era un bueno para nada que solo quería acostarse con ella y desaparecer de su vida; pero, como todo adolescente rebelde, la consentida Mia Jones se entregó en cuerpo y alma al hombre que decía amar, y como consecuencia quedó embarazada con tan solo dieciséis años. Todo se derrumba para la muchacha cuando el futuro padre de ese pequeño angelito en su vientre niega tener algún parentesco con él y su familia le da la espalda a la hora que se enteran de la verdad. Cansada del maltrato de las personas que no la apoyan, desaparece por un largo tiempo con el objetivo de iniciar desde cero con su pequeño; sin embargo, nunca imaginó que ese sería el comienzo de un sinnúmero de sentimientos contradictorios cuando conoce al megalómano y apasionado empresario, Nathan McClain, quien se empeña en enamorar a toda costa a la ahora mujer.