15 de febrero 2022. Newark, New Jersey, Usa.
—Entonces, ¿no tiene experiencia como secretaria? —niego ante su pregunta con un nudo en la boca del estómago y con mi respiración casi escasa. Lamentablemente, el resto de mi vida me la pasé malgastando el dinero de mis padres sin ninguna preocupación, y nunca me dispuse a trabajar o por lo menos a aprender algo que no fuera arreglarme e ir al instituto. Y en esto cinco años, solo he trabajado en diferentes cafeterías, en la guardería y un mes en la empresa de mi hermano. No creo que sea suficiente experiencia como asistente personal del presidente de esta famosa empresa.
—No; pero tengo la habilidad de aprender rápido. Sé que por mi inexperiencia es muy difícil obtener el empleo, y menos para una empresa tan sofisticada como esta, pero le prometo que haré que el señor Blake no se arrepienta de contratarme. Puede considerarlo como una pasantía, de práctica, por lo menos por un tiempo. —ella me sonríe amablemente y anota algo en su libreta. Suelto un suspiro—. Por favor, tengo un hijo que mantener; solo quiero salir adelante. —le susurro. Su mirada se suaviza y asiente.
—Lo tomaremos en cuenta, señorita Jones. —me dice, y parece sincera—. Esto es todo por hoy. Muchas gracias por venir. —se levanta y yo imito su gesto para despedirme también—. La llamaremos en cuanto tomemos una decisión; así que esté pendiente de nuestra llamada. Pase feliz resto del día, señorita Jones.
—Muchas gracias; igualmente para usted.
Salgo, tratando de respirar con normalidad. Estaba sumamente nerviosa. Desde que Marie me habló de que me había conseguido una entrevista en este lugar, he estado con mis emociones a flor de piel. Es una de las empresas más importantes de la ciudad, y la verdad dudo que me den el trabajo. No he trabajado como secretaria más que un mes, pero no voy a negar que soy buena para los detalles y las organizaciones. Yo era la que siempre mantenía a mi padre al tanto de todas sus reuniones o cualquier actividad que le tocaba realizar, ya que su asistente personal era una buena para nada.
Saco mi teléfono y llamo a Harry.
—Mia. —sonrío cuando lo escucho. Estaba tan feliz de tenerlo a mi lado.
Escucho la risa de mi hijo e inmediatamente mis músculos se relajan.
—He salido de la entrevista. ¿Estás en el Starbucks con Theo? —pregunté, escuchando cómo Harry le decía algo. No pude evitar reír.
—Sí. Estamos a dos calles de donde estás. —escucho a mi hermano mayor detrás de la línea. Me despedí y comencé a caminar hasta el lugar acordado.
Me detengo en frente de la puerta del local y respiro. Me siento algo esperanzada. Arrastro la puerta hasta ser abierta para poder entrar por completo. A nadie parece importarle que ha entrado otra persona en el lugar, ya que todos continúan haciendo Dios sabe qué. De lejos diviso a Harry con Theo. Ambos están riendo. Harry le hace mimos y cosquillitas, mientras Theo está sonrojado y removiéndose sin parar en su asiento.
— ¡Harry! —le regaño. Él levanta la mirada para observarme.
— ¡Sí, señora! —grita en forma militar, haciendo reír a Theo. Niego, divertida, y me siento en frente de ellos.
— ¡Señora! —dice Theo, repitiendo lo que ha dicho Harry. Suelto una carcajada.
—Vas a matarlo de la risa. —comento, cuando noto que mi hijo no ha dejado de reír y arruga su naricita, dejando notar sus pequeños dientes. Harry rueda los ojos y hace un gesto despreocupado con su mano.
—No. Él es fuerte y valiente. ¿No es así, Theo?
—Sí, mami. Soy fuerte y valiente. —responde mi bebé, de una forma tan bonita que me causa ternura. Me río junto con Harry.
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Baby Boy! ©
RomanceUna cosa tiene todos los padres responsables en común: el querer el bienestar de sus hijos. Es por eso por lo que Antonio Jones siempre le insistía a su hija que no se dejara arrastrar por las garras de su novio, que, para opinión de él, era un buen...