—Entonces, ¿todo ha ido bien después de la operación? —le pregunto a Mike, mientras le doy un sorbo a mi quinto Cosmopolitan. Harry parece tan preocupado como yo por la situación de salud en la que nuestro hermano se encontraba.
Alisha toma su mano con mucho cariño, sonriendo a medias.
—Sí. Me operé hace un año de la médula ósea y desde entonces sólo he tenido buenos resultados. —responde, dejándome tranquila con su respuesta. Le sonrío. A pesar de todo, seguía igual de guapo. Algo característico de los hombres Jones—. ¿Y como has estado? ¿Estás trabajando?
Asiento ante su pregunta—. Sí. He tenido muchos altibajos, pero gracias a Dios ahora mismo estoy bien. Mejor que nunca. Estoy trabajando para una de las mejores empresas de New Jersey y podría decir que estoy estable en muchos sentidos.
—Brindo por eso. —dice Harry, sonriendo con mucha felicidad. Sabía que él más que nadie era el que estaba más contento con este reencuentro oficial entre hermanos.
Las horas pasaron volando mientras hablamos y nos poníamos al día entre nosotros. Nuestros hijos jugaban en un lado de la mesa, contentos de estar juntos. Pareciera como si hubiesen conocido desde siempre.
¿Qué podría decir? Es la inocencia de un niño.
Ya era muy tarde y teníamos que marcharnos. Habíamos acordado juntarnos más seguido y con muchísima más tranquilidad. La velada había sido muy agradable y me sentía contenta de poder haber pasado la página en una historia que hace mucho debió de tener un cierre. No voy a negar que aún faltaban partes para poder culminarla por completo, sin embargo eso iba a ser tema para otro día.
Si es que algún día mis padres y yo volvemos a entablar alguna conversación.
Michael introdujo el tema en varias ocasiones, pero al ver mi negativa ante este, desvió la atención hacia otra cosa; lo cual agradecía. No tenía intenciones de salir discutiendo con él después de haber tenido un reencuentro tan bonito.
Todos salimos del local una vez que habíamos terminado, y fuera de este nos despedimos con la esperanza de volver a vernos. Ellos tenían que viajar temprano hasta su ciudad y nosotros teníamos compromisos laborales. Así que sin más, cada quien tomó su rumbo.
El camino a casa fue distinto esta vez. Theodor se había dormido en cuanto arrancamos a casa y Harry venía ensimismado en sus pensamientos. Algo que me parecía súper extraño teniendo en cuenta que habíamos quedado en buenos términos con nuestro hermano.
— ¿Que te pasa? —le pregunto de forma directa. Harry suelta un suspiro.
—Detesto que me conozcas tan bien. —dice, medio sonriendo—. Solo estoy pensando en nuestros padres.
—Harry, mejor no sigamos con este tema. Nuestros padres fueron lo que tomaron la decisión de alejarme, así que si ellos quieren enmendar las cosas, ellos son los que tienen que venir a buscarme. No yo a ellos. —digo, soltando un bufido enojada.
—Lo sé, Mía. —dice, fastidiado—. Además, mamá vino a buscarte una vez y prácticamente le cerraste la puerta en la cara.
—No era el momento.
— ¿Y cuando será el momento? Contigo nunca será el momento. —dice, enojado. Me mira por unos segundos y vuelve a poner sus ojos en la carretera.
— ¿Pero que mierda te pasa, Harry? ¿Es que acaso se te olvidó todas las malditas veces que lloré sin parar entre las cuatro paredes de mi habitación? ¿Sabes cuantas veces tuve que pasar hambre porque no tenía que comer ? —siento mi sangre hervir de la rabia. ¿Cómo se atrevía? —. ¡¿Sabes cuantas malditas veces tuve los pensamientos de quitarme la vida?!
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Baby Boy! ©
RomanceUna cosa tiene todos los padres responsables en común: el querer el bienestar de sus hijos. Es por eso por lo que Antonio Jones siempre le insistía a su hija que no se dejara arrastrar por las garras de su novio, que, para opinión de él, era un buen...