*Capítulo 15

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11 de marzo del 2022. Newark, New Jersey.

—Que tenga un excelente resto del día, señor. —digo, despidiéndome de mi jefe mientras tomaba mis pertenencias. Había sido una jornada laboral muy agotadora, pero sin duda alguna muy informativa y llena de aprendizajes. Me encanta trabajar para el señor Blake, ya que siempre es muy amable y me enseña con mucha paciencia y dedicación. A veces, siento temor al pensar que se enojaría conmigo por ser muy inexperta; sin embargo, este no era el caso. Podría creer que a él le gustaba trabajar conmigo por igual.

Salgo de mi oficina una vez que ya he terminado y me adentro al ascensor. Está abarrotado de personas que ya habían culminado con su horario de trabajo. Les hago un asentimiento de cabeza y  presiono el botón de la primera planta. El reloj marca las seis y treinta y siete de la tarde. Había quedado con mis familiares en un restaurante que está a veinte minutos de la casa. Tendría menos de una hora para poder alistarme y también a mi pequeño angelito. Siento una terrible sensación de náuseas en la boca de mi estómago debido a los nervios. Tenía cinco años sin convivir en una cena con mi hermano mayor y su esposa. Sin contar que posiblemente estarán sus pequeños gemelos que deben tener la misma edad que mi hijo.

¿Cómo reaccionaría Theo al descubrir que tiene dos primos? Seguramente le encantaría. Mi hijo a pesar de tener una inteligencia grandiosa a su corta edad, le encantaba jugar y tener muchos amigos.

Llegué a casa sin retraso. Harry y mi hijo me esperaban en la sala ya listos para la cena. No me sobraron palabras de agradecimiento a mi hermano por haberme ayudado con Theo. Así tendría más tiempo para poder alistarme.
Conociendo a Harry, seguramente había salido mucho más temprano de la empresa para poder ayudarme con mi hijo, y realmente se lo agradezco en el alma.
Le doy un beso en la frente a Theo, quien me abraza con sus pequeñas manitas envolviendo mi cuello y llenando mi cara de besos. Sonrío con felicidad. Lo amo tanto.

—Hola, mami. Te extrané mucho. —me dice, sonriendo de oreja a oreja. Revuelvo su pelo chocolate todo revoltoso y le acaricio la mejilla.

—Yo también los extrañé, mi amor.

Saludo a Harry con un abrazo y me adentro hasta mi habitación con la necesidad de comenzar a alistarme. Me doy una ducha de agua caliente para desestresarme un poco, y salgo de la bañera envuelta en una toalla. Me miro al espejo y mis ojos mieles reflejan un millón de sentimientos encontrados que tengo en estos momentos.

¿Sería buena idea ir a esa cena con mi hermano y su esposa? ¿Es buena idea perdonarlo después de lo que me hizo a mi y a mi hijo?

Solo de pensar que dejaré entrar de nuevo a mi vida a una persona que me traicionó y me mandó al carajo, pero esta vez poniendo a mi hijo en la línea de fuego, me remueve el estómago.

Eres fuerte y puedes con esto y más. Sé que puedes, Mía.

Me digo a mi misma después de soltar un largo suspiro. No hay vuelta atrás. Ya acepté esta cena y no voy a faltar a mi palabra.

Mucho menos cuando sé que mi hermano está sufriendo por cáncer. No me perdonaría jamás no haberle dado una oportunidad.

Una vez que hidrato todo mi cuerpo, comienzo a vestirme. Había decidido ponerme un vestido casual, pero elegante a la vez, de color negro que me llegaba un poco por encima de las rodillas, con mangas largas y ajustado a mi cuerpo. Tenía un escote en V que realzaba muy bien mi figura. Me coloqué unos tacones del mismo color.

Baby Boy! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora