Capítulo 23

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Benjamín

Un delicioso abrió mi apetito escuche mi estómago rugir mientras me levantaba de la hamaca para ir a averiguar de donde provenía este exquisito olor me detuve en la entrada de la cocina al ver a la princesa cocinando, ella giro para tomar un plato y nuestras miradas se encontraron pero no me atreví a decir algo creo que era muy temprano para empezar una discusión.

—Hola.

—Hola, yo prepare el desayuno, espero que te guste.

—Si sabe tan bien como huele yo creo que si—tome asiento en la barra donde había dejado el plato la mire tomando asiento frente a mi para luego tomar un bocado—.No sabía que cocinabas, ya sabes en tu casa siempre está ese chef.

—Mi padre... A él le encantaba cocinar y me gustaba ayudarle, era divertido así que aprendí un poco.

—Ya veo, sabe bien.

—Gracias.

El silencio reino entre ambos y la incomode hizo presente, ni siquiera estando en esa extraña relación de compromiso la incomodidad reino tanto, creo que prefiero estar discutiendo con ella que en silencio.

—La verdad es que yo también quiero agradecer, se que suelo ser un problema.

—Es un alivio que te des cuenta de ello—bromee pero ella no dijo nada.

—No trates de arruinar mi agradecimiento.

—Perdón, continúa.

—Por lo que pasó en el avión con mi ataque de pánico y también anoche por llevarme a la cama y ponerme música para evitar escuchar los truenos, por todo gracias y una disculpa por adelantado si es que vuelvo a tener algún otro tipo de ataque.

Note su mirada en la ventana podía notar cierto miedo y resentimiento por ese lugar, la verdad no la culpaba después de todo cuando Noah mencionó que ella había tenido un accidente investigue respecto a ello y no fue nada lindo, el avión quedó destrozado por completo y la única sobreviviente fue ella.

—No hay problema, entiendo la razón y no es como lo hicieras a propósito... ¿Nunca consideraste ya sabes, ayuda psicológica?

—Fui por un tiempo, cuando regrese a casa tras ese accidente lo intente y ayudo un poco en la ausencia de mi padre pero es difícil tratar de reparar algo que no se puede ver.

—Entonces la opción de volver a hacerlo no está disponible.

—¿De qué hablas?

—Míriam me enseñó una vez los videos de tus concursos de natación, eras realmente buena.

—Pará ser sincera lo extraño pero es difícil, los recuerdos de lo sucedido vienen a mi mente aunque no lo quiera, una vez trate de ignorarlo y solo avanzar cerrando los ojos pero ese día era oscuro, las olas me golpeaban, estaba cansada y solo podía escuchar la voz de mi padre... Así que creo que no, no es una opción volver a practicar natación.

—Es una verdadera pena en realidad eras muy buena.

—Si, lo era... Pero que hay de ti, ¿por qué no prácticas con tu pátineta? ¿O es acaso sólo un pasatiempo?

Prohibido Enamorarse©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora