Capítulo 11

522 34 1
                                    

     —¡¿QUE TE TIRASTE A QUIÉN!?

     Nada más escucharla gritar aquello, me precipité sobre ella y le tapé la boca con las dos manos antes de volviese a gritar cualquier cosa que delatase lo ocurrido con el pelirrojo.

     —¡Rosa! ¡Por dios! —le exclamé con el rostro ardiendo de la vergüenza. Suerte tendría si solo la habían oído la gente que se encontraba en el patio, pues con el grito que había dado podría asegurar que incluso los del interior del edificio la podían haber escuchado.

     No fue hasta que noté que la chica se había tranquilizado que la solté lentamente, aún totalmente colorada y desviando la mirada hacia otro lado.

     —...Pero usasteis protección al menos, ¿no? —aquella última pregunta hizo que soltase un pequeño bufido de exasperación, haciendo que a Rosa se le escapase una carcajada sin poder evitarlo—. Está bien, está bien. Perdona. Aunque no lo entiendo del todo. ¿Cómo acabaste así con Castiel? Quiero decir, no me pareció verlo por ningún lado en la discoteca. ¡Aunque al que sí vi fue a Lysandro!

     —¿A Lys? —pregunté extrañada—. Nunca pensé que le gustasen las discotecas.

     Lysandro Ainsworth era otro compañero más de nuestra clase, solo que con él sí que había hablado de vez en cuando y habíamos llegado a simpatizar de alguna manera. El chico era de cabellos blanquecinos, con las puntas negras que, según me había contado, se las tintaba de vez en cuando. Sus ojos eran heterocromáticos, uno de color dorado y el otro verde esmeralda. Era un chico bastante apuesto a decir verdad, aunque tenía la peculiaridad de vestir trajes de la época victoriana. Al principio, cuando lo conocí, me pareció un tanto extraño, pero con el paso del tiempo, acabé acostumbrándome a su forma de ser. Era alguien silencioso, pero capaz de transmitir innumerables sensaciones con tan solo unas palabras suyas. Además, era bastante serio, pero te enamoraba con tan solo ver una sonrisa suya.

     Para ser sincera, hubo un tiempo en el que el chico me llegó a gustar en cierto sentido, pero preferí mantener la amistad que teníamos, pues no quería que las cosas se tornasen incómodas entre nosotros.

     —Y no le gustan demasiado, pero cuando lo vi parecía estar buscando a alguien. Tal vez a Castiel. Quién sabe —las palabras de la chica me despertaron de mi ensoñación y una bombillita pareció iluminar mis ideas.

     —Creo que Castiel ha quedado en el recreo con Lys —mencioné—. Lo vi dirigirse hacia el fondo del pasillo cuando nos despedimos antes.

     —Tal vez hayan quedado en el sótano. Es su lugar secreto para ensayar y de vez en cuando se aíslan allí. ¿No lo sabías? —negué con la cabeza—. Pensé que Lys te lo había contado.

     —Es cierto que hablo de vez en cuando con él, pero no creo que me lo cuente todo —le sonreí a la de ojos ambarinos.

     —Bueno, retomando el tema en el que estábamos... Entonces, ¿estáis en una relación "de esas"?

     —S-se podría decir así. Desde lo ocurrido tras la discoteca, tampoco es que Castiel me deje otra opción.

     —No puedes resistirte, ¿eh? —sonrió pícara la chica, haciendo que me volviese a sonrojar—. Aunque —su gesto cambió a uno de duda de repente—, pensé que te gustaba Lys. Se os veía tan monos juntos que realmente pensé que llegaríais a algo más.

     —No creo que Lys me llegase a ver de esa manera.

     Justo en aquel momento, el timbre volvió a sonar, indicándonos que volviésemos a clase. La conversación no fue a más después de aquello, aunque me parecía que había algo que Rosalya no me había contado, pero tal vez solo habían sido imaginaciones mías.

[CDM] Jugando con fuego (¿Castiel o Lysandro?) - PAUSADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora