[CDM] Jugando con fuego (¿Castiel o Lysandro?) - PAUSADO

Capítulo 17

     —¿...Acaso piensas que no lo había notado?

     Tras escucharlo decir aquello, la cabeza se me quedó completamente en blanco y sentí cómo enmudecía sin poder evitarlo. No entendía qué era lo que estaba pensando el albino en aquel momento; es decir, si sabía lo que estaba pasando, ¿por qué seguía interesado? ¿Por qué seguía insistiendo en acercarse a mí?

     Aquello no tenía ni pies ni cabeza.

     En aquel momento, Lys volvió a separarse muy levemente de mí, dejándome cierto espacio para que pudiese carburar todo aquello y ordenar mis ideas. El chico me miraba con una media sonrisa que no supe descifrar.

     —Parece ser que estás bastante confusa, así que permíteme aclarar un poco la neblina que ha aparecido repentinamente en tu cabecita —articuló el peliblanco—, aunque realmente es bastante sencillo de explicar —hizo una pequeña pausa—. Si tenemos en cuenta lo que me dijiste en la discoteca y que no pude encontrarte por muchas vueltas que di al lugar, es evidente que llegaras a hacer alguna locura. Es cierto que entonces no pensé que fueras a ser tan imprudente, pero sabiendo que no eras consciente de lo que hacías, pude imaginar que podría llegar a ocurrir algo semejante. Y, bueno, luego está Castiel —el chico desvió un tanto la mirada, haciendo una pequeña mueca triste—. Después de veros en su casa hace unos días, solo tuve que sumar dos y dos. Normalmente no suele hacer ese tipo de cosas, lo sé porque soy su amigo después de todo, pero está claro que si se le presenta la oportunidad, no tendría por qué rechazarlo, y aún más si consideramos que hace ya bastante tiempo que está soltero.

     Aquel razonamiento de Lysandro me impresionó, y no solo por estar defendiendo en cierto sentido al pelirrojo, sino también porque no me esperaba que el victoriano pensase que aquel tipo de relaciones le pareciese bien entre comillas. En todas las veces que había hablado con Lys, nunca se nos presentó la ocasión de hablar de este tipo de temas, aunque también puede haber sido debido a que en ningún momento llegamos a pensar que alguno de los dos tendría un tipo de relación parecida.

     Fue entonces cuando la mirada de Lys volvió a posarse en mi rostro, aunque esta vez, la sonrisa que hasta hacía poco dibujaba sus labios, se había desvanecido por completo.

     —Eres libre de hacer lo que realmente te apetezca hacer. Estamos en el siglo XXI y comprendo perfectamente que puedan llegar a darse este tipo de situaciones y relaciones. El que me vista con atuendos semejantes a los de la época victoriana, no quiere decir que tenga que pensar de manera conservadora —sentenció, intentando que entendiese su forma de pensar—. Créeme cuando digo que lo entiendo, y es por eso que quiero que sepas que, por algo así, no quiere decir que vayan a cambiar los sentimientos que albergo por ti —aquella declaración provocó que, inevitablemente, mis mejillas se enrojecieran por completo. Lo miraba absorta, atenta a cada palabra que salía de entre sus labios—. Una relación meramente física no puede compararse, ni por asomo, a lo que puedo o no llegar a sentir por ti —el chico volvió a aproximarse una vez más y su voz se suavizó—. Es cierto que no puedo obligarte a hacer que finalices esa relación con Castiel para que estés conmigo, pero eso no implica que no pueda intentar conquistarte y hacer que tú misma decidas entre uno de los dos —sus dedos recorrieron mi mejilla hasta finalmente posar la mano en ella. Tras esto, acarició mis labios con su dedo pulgar y acabó prácticamente susurrándome lo que diría a continuación—. Además, si es solamente físico lo que mantenéis, ¿qué me impide el robarte un beso ahora mismo?

     No me dio tiempo a responder, ni tan siquiera a pensar en decir una simple palabra, pues nada más decir aquello, su rostro había terminado de acercarse al mío. Se me había cortado la respiración nada más verlo tan cerca de mí, pero en cuanto sus labios rozaron los míos, me fue imposible no tomar algo de aire, previniendo lo que se avecinaba.