Capítulo 21

389 22 1
                                    

     Minutos después, Lysandro ya se había aseado un poco y se había puesto nuevamente los boxers para volver a recostarse a mi lado, acercándome a él y estrechándome entre sus brazos. En cuanto a mí, seguía completamente desnuda en la cama, aún con las mejillas coloreadas y el cuerpo un tanto entumecido.

     Con la cabeza apoyada sobre su pecho, pude escuchar con total claridad cómo su corazón latía completamente desbocado. El chico, tras abrazarme momentáneamente con fuerza, dejó escapar un suave suspiro de entre sus labios, consiguiendo así apaciguar un poco su acelerado corazón.

     Me mantuve inmóvil entre sus brazos, en silencio, sintiendo cómo se me iba formando un pequeño nudo en la garganta al pensar en que podría estar dándole falsas esperanzas, y comenzando a dudar sobre si había sido lo suficientemente clara con él sobre mis intenciones como lo había sido con Castiel. No pude evitar pensar en que aquello tal vez no era tan buena idea como había imaginado. El problema de reflexionar sobre aquello justo en aquel momento era que... ya era tarde.

     —Lys... —pronuncié su nombre con cierta dificultad, captando su atención. El chico, al notar cómo comenzaba a separarme sutilmente de él para sentarme en la cama y a tapar mi desnudez con la manta, se irguió ligeramente, dirigiéndome una mirada cargada de preocupación—. De veras que no es mi intención estropear el momento ni nada parecido, pero... aunque sea ya algo tarde, me gustaría asegurarme de que supieses con claridad mis intenciones con respecto a..., bueno, a esto —estuve a punto de seguir con mi discurso, pero no supe cómo continuar, por lo que acabé quedándome callada, mordiéndome el labio inferior, nerviosa, y sin poder dirigirle la mirada.

     Fue entonces cuando escuché cómo un suspiro salía de entre sus labios. Alcé la vista hacia él y observé cómo apoyaba la espalda contra la cabecera de la cama, notablemente... aliviado, para mi sorpresa. Acabó musitando un inaudible "con que solo era eso" que casi no llegué a oír y, tras cerrar un instante los ojos y apoyar la cabeza hacia atrás, volvió a abrirlos y a dirigirme la mirada.

     Una de sus manos dio unos leves golpecitos sobre la cama, a su lado, indicándome que me aproximara a él, y no dudé en hacerle caso, sentándome a su lado y asegurándome de que las mantas seguían cubriendo mi cuerpo. El peliblanco colocó su brazo por mis hombros, acercándome a él y se inclinó un instante para darme un pequeño beso en la cabeza.

     Aquel gesto consiguió que la tensión de mi cuerpo se desvaneciese poco a poco.

     —Si no lo hubiese asimilado y meditado detenidamente, puedo asegurarte que esto no habría ocurrido —dijo aún con la voz un tanto ronca mientras comenzaba a acariciarme el brazo en el que había apoyado su mano—. De hecho, ni tan siquiera se me habría pasado por la cabeza el besarte la última vez. Sé perfectamente cuáles son tus intenciones —hizo una pequeña pausa para volver a encontrarse con mis ojos y continuó—, aunque en un principio no sea del todo de mi agrado, por el momento me conformaré. Me gustaría intentarlo y ver qué sucede de ahora en adelante, pero eso no significa que vaya a ignorar los sentimientos que albergo por ti —se relamió un momento los labios, saboreando las palabras que diría a continuación, y acabó soltándolo sin más—. Me gustas. Desde hace tiempo, he de decir. Por lo que si veo la más mínima oportunidad de conquistarte y conseguir que solo tengas ojos para mí, ten por seguro que la aprovecharé. Me da igual que mi rival sea justamente Castiel, sobre todo después de lo que acaba de ocurrir entre nosotros.

     Para cuando terminó de pronunciar aquellas palabras, acabé notando cómo me faltaba el aire. Había aguantado la respiración sin quererlo desde que había empezado a hablar. Todo lo que había soltado por aquellos labios carnosos había conseguido volver a encenderme las mejillas con intensidad y a acelerarme el corazón.

[CDM] Jugando con fuego (¿Castiel o Lysandro?) - PAUSADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora