La tarde de picnic transcurrió con aparente normalidad, entre risas, bromas, conversaciones e incluso con alguna que otra mirada cómplice entre unos y otros. Ya casi eran las ocho de la tarde y el sol comenzaba a esconderse bajo el horizonte. Fue justamente en aquel preciso instante en el que Rosa decidió poner fin a su estadía allí, ya que, por lo visto, unas horas más tarde se reuniría con su novio Leigh para ir a una cita con él, una cena romántica según nos explicó.
Al despedirse y verme entre los dos chicos, no pudo evitar hacer un comentario de los suyos, metiendo el dedo en la llaga sin compasión.
—¡A ver cuándo te sacas un novio y podemos ir de cita doble! —exclamó, divertida y entre risas, acabando por desaparecer por una de las calles antes de que siquiera pudiese contestarle una mísera palabra.
En aquel momento, quería que se me tragase la tierra.
—E-esta Rosa es un caso —musité, algo avergonzada y nerviosa por la situación, y comencé a recoger las cosas, intentando normalizar un tanto la situación y que ninguno de los dos le tomase importancia al asunto.
Nada más terminar de recoger, nos dirigimos a la entrada del parque y, una vez allí, me dispuse a despedirme, con el plan de encontrarme con Lysandro después de desaparecer por alguna callejuela. Sin embargo, Lysandro acabó adelantándose, tanto a mí como a Castiel, quien también pareció querer decir algo antes de irnos, pero acabó por echarse a atrás tras escuchar lo que el albino dijo e hizo.
—Si quieres, podría acompañarte a casa —propuso, acercándose un tanto a mí y tomando la cesta que tenía entre mis manos, acariciándolas accidental y sutilmente con sus dedos—. No creo que pase ningún autobús por aquí hasta dentro de media hora, y me inquietaría mucho el pensar que podría llegar a pasarte algo si dejo que vuelvas por la noche completamente sola.
Aquello me tomó de improvisto. Mis ojos se mantuvieron fijos a la mirada de Lys para después alternar la vista entre él y Castiel, un tanto dubitativa sobre qué hacer. En aquel momento, el pelirrojo pareció darse cuenta de algo y su rostro no tardó en ensombrecerse un tanto al ver la situación tan clara ante sus ojos.
—En fin, si es así, me iré a casa —articuló el pelirrojo de mala gana, agachándose para ponerle de nuevo la correa a su perro y despidiéndose sin más con un "ya nos veremos por ahí". A decir verdad, me sentaba bastante mal despedirme de aquella forma del pelirrojo, pero después del movimiento que había hecho Lys, me fue imposible normalizar la situación o al menos aparentar que no era con él con quien había quedado. En definitiva, ya era tarde para arreglar las cosas.
Mi mirada siguió al pelirrojo hasta que finalmente lo vi desaparecer entre uno de los callejones del lugar. Tras esto, mi cabecita volvió a carburar la situación y volví a dirigirle al peliblanco la mirada, quien me observaba con una pequeña sonrisa, satisfecho de poder haberse quedado a solas conmigo y poder hablar sin ningún tapujo.
—¿Vamos? —preguntó mientras me ofrecía su brazo, dispuesto a dar una pequeña vuelta por el lugar antes de acompañarme a casa.
...
Un rato más tarde, nos encontrábamos hablando de cosas triviales mientras paseábamos por una de las calles cercanas a mi casa. Ya había oscurecido completamente e igualmente habíamos sido incapaces de entrar en el tema que nos ocupaba. Por una parte, aunque quisiese saberlo, tenía cierto temor de que hubiese hecho alguna locura como lo de Castiel con algún otro chico, y por otra, estaba Lys, que parecía que no sabía cómo sacar el tema ni cómo decir lo que tenía que contarme. Era un infinito bucle del que nos era prácticamente imposible de escapar, y digo casi porque en aquel instante, la curiosidad pudo conmigo.
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[CDM] Jugando con fuego (¿Castiel o Lysandro?) - PAUSADO
Fanfiction¿Cómo reaccionarías si por la mañana, tras haber pasado una noche de fiesta con tus amigas, te encontrases durmiendo en una casa que no conoces, abrazada a un tío y, lo peor de todo, ambos completamente desnudos? Pero sobre todo, ¿qué harías si ese...