Capítulo 20

481 27 7
                                    

     Instantes después de terminar de preparar el almuerzo, me encontraba ya sentada cómodamente en el sofá del salón, con una cálida manta cubriéndome las piernas, la tele puesta en el primer canal que captó mi atención y con la comida y la bebida ya servidas en la mesa pequeña que se encontraba frente a mí.

     Tras deleitarme viendo cómo los espaguetis seguían desprendiendo calor y humeantes a pesar de haberlos cubierto con una pequeña capa de tomate, me dispuse a devorarlos sin perder un segundo más. Debía reconocer que el hecho de que me gustase tanto aquel plato, además de por su sabor, se debía también a la simplicidad y la fácil elaboración del mismo, ya que de lo contrario, habría optado por ponerme un simple bocadillo.

     Para cuando quise darme cuenta, había apartado la vista de la pantalla del televisor y me había quedado anonadada mirando al vacío, terminando con la mente completamente en blanco y escuchando muy vagamente lo que ocurría en el canal que había dejado puesto, absorta en mis pensamientos.

     A decir verdad, aunque en pocas horas vería al victoriano por primera vez tras aquel beso que nos dimos, no me encontraba para nada nerviosa; sin embargo, sí que era cierto que me notaba un tanto extraña al pensar que mantendría una relación abierta con dos de los chicos que, en aquel momento, me nublaban los sentidos. Por una parte, sentía la excitación y la adrenalina acelerarme el corazón a una velocidad desenfrenada; pero por otro lado, sentía la angustia y el remordimiento carcomiéndome por dentro al recordar, o mejor dicho, al saber a ciencia cierta que ambos chicos albergaban sentimientos por mí. Y el hecho de que fuesen íntimos amigos, no mejoraban las cosas.

     Suspiré sin poder evitarlo, dejando el tenedor sobre el plato, al mismo tiempo que me llevaba los dedos pulgar y corazón al tabique de la nariz para masajeármelo, intentando mitigar el dolor de cabeza que me estaba empezando a dar de tan solo pensar en todo aquel berenjenal en el que me estaba metiendo.

     Pensándolo bien, lo bueno de toda aquella situación era que, al fin y al cabo, no podrían ni deberían echarme nada en cara, ya que después de todo había dejado en todo momento claro el tipo de relación que manteníamos, tanto con Castiel como ahora con Lysandro.

     Observé momentáneamente el plato de espaguetis que tenía ante mí, prácticamente vacío, y seguidamente me permití el lujo de recostar la espalda sobre el mullido respaldar del sofá, cerrando los ojos durante unos breves instantes. Sin embargo, conforme fueron pasando los segundos y los minutos, más me costaba abrir los ojos y más sentía que el cansancio iba apoderándose de mí. Aquella mañana me había levantado más temprano de lo que debería siendo fin de semana y, en aquel momento, aquello me estaba pasando factura.

     Para cuando quise darme cuenta, me había recostado y acomodado en el sofá, quedándome finalmente completamente dormida.

     ...

     Al rato después, me desperté sobresaltada, creyendo que se me había pasado la hora a la que había quedado con Lys, pero por suerte me quedaba aún media hora para que este llegase, por lo que comencé a recogerlo todo rápidamente para después darme una pequeña ducha y terminar de prepararme. Ya vestida con un pantalón vaquero, una camiseta de tirantes y una toalla rodeándome el cuello para no mojar la ropa, me dispuse a secarme el pelo con el secador, pero justo en ese momento, el timbre sonó.

     Me apresuré rápidamente hacia la puerta, con el pelo completamente húmedo y vi al peliblanco nada más abrirla. El chico no pudo evitar quedárseme viendo, sorprendido.

     —Pasa, pasa —le indiqué—. Siento mucho tener que recibirte de esta forma, pero me quedé algo dormida y acabo de salir de la ducha —expliqué, riéndome algo nerviosa, mientras veía cómo el chico terminaba haciéndome caso, adentrándose en la estancia—. Si quieres, espérame en el salón viendo la tele, aunque no creo que tarde demasiado.

[CDM] Jugando con fuego (¿Castiel o Lysandro?) - PAUSADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora