El pánico se había apoderado de mí. Me vestí lo más rápido que pude y, tras esto, observé rápidamente mi alrededor, intentando buscar una puerta trasera que me permitiese escapar de aquella pesadilla, pero a parte de la puerta del baño y la que daba al pasillo para llegar al salón de la casa de Castiel, no encontré nada más. Se me pasó por la cabeza salir por la ventana, pero daba justamente al patio, por lo que tendría que pasar por delante de Lysandro igualmente para salir. Mi única salida en aquel momento era inventarme lo primero que se me ocurriese por la cabeza.
Fue en aquel momento, cuando encontré algo que me serviría para escapar.
...
Unos cinco minutos después, salí de la habitación de Castiel con una libreta en la mano, dispuesta a seguir con el plan que tenía en mente. Mis manos sudaban y estaba segura de que me iba a dar un paro cardíaco en cualquier momento, pero no dejé que aquello me intimidara.
Lysandro apenas tardó unos segundos en darse cuenta de mi presencia, enmudeciendo y cortando la conversación que estaba teniendo con su amigo, provocando que este último lo mirase extrañado. Por un momento, me pareció ver que su gesto se ensombrecía un tanto.
—Supongo que dejaremos el trabajo de literatura para otro día, ¿no, pelirrojo? —me apresuré en decir, sonriéndoles a ambos y captando su atención—. ¿Qué tal, Lys? —el chico se quedó un momento absorto, analizando mis palabras.
—¿Trabajo... de literatura?—preguntó el peliblanco, volviendo a recobrar algo de luz en sus ojos e ignorando mi pregunta sin quererlo.
—Sí. La mala suerte me acompaña y acabé emparejada en el trabajo con este idiota desvergonzado —alcé la libreta un tanto y le di un pequeño golpe en la cabeza al pelirrojo con esta—. ¿Te pones una camisa ya o qué? Vale que sea tu casa y tal, pero si recibes visitas así conmigo aquí, se van a pensar otra cosa —solté una pequeña risa, siguiendo con mi actuación, una risa un tanto forzada a mi parecer, pero surtió efecto de igual manera.
—...Como si algo fuese a ocurrir entre nosotros. Tienes demasiadas expectativas, enana —aunque había tardado unos segundos en reaccionar, finalmente corroboró mi actuación, siguiéndome el juego, aunque el tono con que dijo aquellas palabras me resultaron más frías que de costumbre—. Te recuerdo que las tablas de planchar no son mi tipo —el chico se apartó un poco, tanto para alejarse de mí ligeramente como para dejar entrar en la casa a su amigo y compañero de banda.
—Y yo te recuerdo que los cortos de mente obsesionados con el tamaño de los pechos no son mi tipo tampoco.
Lysandro se mantuvo callado un momento, analizando la conversación, pero finalmente, tras unos segundos después, curvó sus labios en una pequeña sonrisa, algo avergonzado por la supuesta confusión. Su mirada descendió hacia al suelo, desde donde Demonio lo observaba alegre, meneando frenéticamente la cola. El chico se agachó un momento para acariciarlo en modo de saludo y, seguidamente después, se adentró finalmente en la casa.
—Bueno, supongo que tendréis cosas de las que hablar, así que será mejor que me vaya ya —acabé musitando mientras me acercaba a la puerta, evitando que el chico la cerrase, e inmediatamente después, levanté la vista hacia ellos, dirigiéndoles un último ademán de despedida.
Si en aquel momento hubiese estado un poco más atenta y me hubiese fijado en sus gestos antes de marcharme, podría haberme dado cuenta casi con total seguridad de los sentimientos que ambos intentaban ocultar, pues sus expresiones reflejaban claramente la desilusión de verme partir de allí y, al mismo tiempo, el ansia de verme desaparecer por la puerta para que el otro dejase de devorarme con la mirada.
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[CDM] Jugando con fuego (¿Castiel o Lysandro?) - PAUSADO
Fanfic¿Cómo reaccionarías si por la mañana, tras haber pasado una noche de fiesta con tus amigas, te encontrases durmiendo en una casa que no conoces, abrazada a un tío y, lo peor de todo, ambos completamente desnudos? Pero sobre todo, ¿qué harías si ese...