Capítulo 5.Parte 2

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Oliver continúo dando vueltas en la cama mucho después de que Vince se hubiera ido, tratando de conciliar de nuevo el sueño, pero después de permanecer media hora en la cama con los ojos cerrados y sin poder dormir, decidió levantarse y comenzar su día de una vez por todas.

Sacando sus pies por un lado de la cama, Oliver dio gracias al cielo de nuevo por la calefacción en el piso que habían podido permitirse gracias al aumento de sueldo de Vince, y que permitía que toda la casa tuviera un agradable piso cálido incluso en medio del invierno.

Él salió de la habitación y se movió a través de los pasillos hasta la sala de estar y luego hacia la cocina.

La cafetera ya estaba en marcha, con una taza de expreso humeante esperando por él. Oliver sonrió, sintiéndose cálido por dentro, sabiendo que Vince cuidaba de él aun cuando no estuviera cerca.

Dando un sorbo de la energizarte bebida Oliver la dejo sobre la encimera y procedió sacar de las alacenas y la nevera todo lo que necesitaría para preparar un desayuno nutritivo pero ligero para el huésped en la habitación de invitados.

Se avergonzaba un poco de que no había tenido cuidado con Shaun antes, de que no había supervisado su lesión, pero no se había sentido con ganas de enfrentarlo aun. No se sentía preparado.

Sin embargo, aun si no lo estuviera, era algo que tenía que pasar tarde o temprano.
Justo acababa de exprimir la última naranja para el jugo de naranja natural que estaba haciendo, cuando escucho el sonido de la puerta del cuarto de invitados abriéndose, así como las posteriores pisadas que trataban de ser silenciosas mientras se dirigían hacia la sala de estar, sin duda con la clara intención de irse de la casa sin que Oliver se diera cuenta.

Cuando Shaun entró en la sala de estar, sus zapatos en la mano y caminando de puntillas sobre el piso de madera, su mirada inmediatamente se encontró con la de Oliver,  y este pudo ver el momento exacto en el que se dio cuenta de su presencia debido a la forma en que su cuerpo se tensó de pies a cabeza y como sus ojos se abrieron como con alarma, dándole la apariencia de un ciervo atrapado por unos brillantes faros.

—¿A dónde vas? —Preguntó Oliver después de varios segundos de tenso silencio—. El desayuno está listo.

—No tengo hambre —respondió Shaun con demasiada rapidez para luego hacer una mueca con sus labios—. Lo siento, pero creo que voy a irme a casa.

—No seas descortés, Vince ya se fue y he hecho demasiada comida para comérmela yo solo —comentó Oliver mientras le daba la espalda a Shaun y tomaba un plato con tocino—. No puedes irte todavía.

Oliver fingió estar absorto en la tarea de servir el desayuno, colocando sobre dos platos el pan tostado con mermelada de uva, los huevos revueltos, el tocino y unos panecillos con mantequilla, junto con dos tazas de café con crema y dos vasos de jugo de naranja, mientras esperaba que Shaun decidiera acercarse a él.

Él dio un suspiro de alivio cuando escucho las pisadas de Shaun dirigiéndose hacia él. Los zapatos de Shaun hicieron un leve sonido cuando los dejo sobre el piso y Oliver se volteó, poniendo uno de los platos con comida frente a Shaun mientras este se sentaba en una de las sillas altas en el desayunador. Colocó las bebidas sobre el desayunador también, y tomo su plato, colocándolo justo frente al de Shaun, sin embargo, él no se sentó a comer.

—Déjame ver cómo está tu cabeza ¿sí? —dijo mientras caminaba hasta estar detrás de Shaun, poniendo una mano en su cabeza mientras sus dedos se movían sobre el cabello castaño hasta que encontró la zona de la herida.

Cinco puntos de sutura marcaban el lugar en el que Shaun había sido golpeado, pero aparte de verse un poco rojo, no estaba hinchado ni segregando alguna sustancia, por lo que Oliver sabía que se curaría perfectamente.

El Alma de Vince. Serie Los Orígenes y la Guerra de los Dioses 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora