Capítulo 7. Parte I

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Shaun dejó la cinta de embalar sobre la mesilla de café después de terminar de empaquetar la caja de cartón marrón que estaba delante de él. A su alrededor, la sala de estar se encontraba repleta de cajas similares, todas ellas embaladas y etiquetadas con el nombre de los objetos que contenían en su interior, los cuales variaban desde sabanas y frazadas, hasta libros y papelería.

Él suspiró mientras veía como toda una vida de recuerdos y memorias eran contenidos en simples objetos que no dejaban entrever su importancia. Tener que hacer eso, embalar todo lo que alguna vez significo algo para Vince y Oliver, e incluso para él mismo, estaba cobrando un peso demasiado grande en su corazón.

Cuando se levantó y caminó hasta una de las ventanas en la habitación no pudo dejar de observar la forma en la que toda esa situación se había cobrado su peaje.

A tan solo un mes y medio de la perdida de Vince, su rostro parecía como si hubiera envejecido mil años en una sola noche. Su rostro estaba pálido y demacrado, sus rasgos afilados demasiado marcados, había círculos purpura debajo de sus ojos, sus labios estaban agrietados y resecos, su cabello caía laxo y sin vida y sus ojos grises habían perdió cualquier brillo que hubieran tenido alguna vez y se veían muertos y vacíos.

Había perdido mucho peso en las últimas semanas por lo que su cuerpo estaba lleno de ángulos sobresalientes y sus hombros se veían hundíos y pesados, como si soportara sobre ellos el peso del mundo.

Haciendo una mueca, Shaun se apartó de la ventana, no gustándole ver la huella que la perdida de Vince había dejado sobre él, y en su lugar se enfocó en tratar de recordar si no estaba olvidando empaquetar algo.

Ya todas las cosas de valor habían sido guardadas y la mayoría de los muebles estaban cubiertos con mantos para evitar el polvo, por lo que el lugar se veía mucho más grande y vacío, sin nada de aquella personalidad hogareña que Vince y Oliver le habían infundado. Incluso la pintura en las paredes se veía triste y melancólica.

Tomar la decisión de abandonar todo, de dejar todo lo que alguna vez había querido y amado atrás, había sido una de las cosas más dolorosas que había hecho nunca, pero no veía otra alternativa a la situación, porque por más que doliera alejarse, dolía mil veces más permanecer en el estado en el que estaban.

Con otro suspiro pesado y sintiendo sus ojos arder, Shaun camino hacia la cocina, en donde ya todas las cosas habían sido almacenadas o guardadas, y en donde solo quedaba una pequeña nevera ejecutiva en donde guardad la comida del día.

Sobre su cama cerca de la puerta que daba al patio trasero, con su cabeza apoyada sobre sus patas y sus ojos cerrados, se encontraba otro de los desafortunados sobrevivientes a la perdida de Vince. Thor, quien antes había sido alegre y enérgico, ahora permanecía completamente quieto y aletargado, recorriendo constantemente todas las habitaciones de la casa, gimoteando con dolor, mientras buscaba a alguien que nunca iba a volver.

La pérdida de Vince también había cobrado su cuota sobre Thor, quien ahora simplemente se veía envejecido y solitario, como si hubiera perdido esa chispa de vida que lo hacía ser como era.

Shaun podía entender el sentimiento.

Moviéndose alrededor de la cocina, Shaun tomo los cuencos de Thor y los relleno con comida y agua, sin embargo, Thor ni siquiera levantó la cabeza de sus patas.

Shaun pasó una mano sobre el pelaje del lomo de Thor en una suave caricia.

—Ya falta poco, chico, ya falta poco.

Después se alejó, su mente enfocándose en nuevas cosas mientras caminaba hacia la oscura habitación al final del pasillo.

Como siempre, la puerta estaba ligeramente abierta, dejando entrever la oscuridad que había dentro, mientras Shaun entraba y luego cerraba la puerta detrás de él.

Él no encendió la luz sino que simplemente caminó a través de la habitación, tratando de no tropezar con nada, hasta que llegó al lado izquierdo de la cama, en donde se sentó y espero en silencio, sin embargo, sus labios se movieron en suaves palabras cuando su presencia, de nuevo, fue ignorada.

—Hola Oliver, ¿Cómo estas hoy?  —preguntó con voz suave pero firme.

Él esperó una respuesta, igual que hacia todos los días, sin embargo, el cuerpo acurrucado envuelto en mantas que ocupaba el lado derecho de la cama permaneció en completo silencio.

De vez en cuando se movía, su pecho subiendo y bajando debido a su respiración, pero ese era el único indicio de que Oliver aún estaba con vida, ya que por lo demás, él bien podría ser un cuerpo sin vida.

Los ojos de Oliver estaban cerrados, sus manos empuñadas se encontraban debajo de la almohada sobre la que reposaba su cabeza, su lustroso cabello rubio se encontraba enmarañado alrededor de su rostro, el cual estaba pálido y demacrado, sus mejillas, igual que como hace más de un mes, se encontraban húmedas debido a las lágrimas que no paraban de caer.

Shaun estiró una de sus manos y con suma delicadeza aparto un rizo enmarañado del rostro de Oliver, poniéndolo con cuidado detrás de su oreja.

Oliver había estado en ese estado comatoso desde la fatídica mañana en la que les habían notificado que Vince había muerto.

Al principio Shaun no había entendido que era lo que estaba sucediendo, Oliver había caído repentinamente en un estado de histeria tan profundo que nada de lo que Shaun hiciera podía sacarlo de ese estado.

Él había gritado por Vince, rogado que todo se detuviera, y arañado su pecho con tanta fuerza como si estuviera intentando arrancarse el corazón del pecho.

Shaun había estado completamente impotente, sin saber qué hacer para detener los gritos escalofriantes de Oliver, simplemente siendo capaz de observar cómo se este se retorcía, como si estuviera sufriendo un dolor inimaginable, antes de que cayera al piso desmayado, sin embargo, aun inconsciente, pequeños gimoteos continuaban saliendo de sus labios.

No había sido sino hasta unas horas después, Oliver aún permanecía inconsciente en medio de su dolor, que Shaun se había enterado de la razón del colapso de Oliver.

Oliver, de alguna manera que Shaun no alcanzaba a entender, había estado sintiendo el momento exacto en el que Vince había muerto.

De alguna extraña manera había sido capaz de experimentar el dolor que Vince había sentido cuando, como resultado de un voraz incendio producido por una vela encendida cerca de un montón de mantas, parte de una viga de soporte de la casa abandonada en la que Vince y su equipo habían entrado intentado rescatar a varios sin hogar que se refugiaban allí, había caído sobre él, una parte de la viga golpeándolo en la cabeza y dejándolo inconsciente, la otra aprisionándolo contra el suelo, dejándolo incapaz de defenderse de las llamas que acabaron con su vida sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo.

Sus compañeros habían intentado entrar en la casa para salvarlo cuando se dieron cuenta de que Vince no había logrado salir, pero el fuego había consumido la casa más rápido de lo que habían previsto, y como resultado, esta había colapsado sobre sí misma justo después de una gran explosión que había sacudido varias manzanas de alrededor.

Shaun recordaba las caras de su Comandante y de su Oficial cuando habían venido a la casa de Oliver a darle la noticia, recordaba el sabor salado de sus propias lágrimas cuando se dio cuenta de que lo peor que podía pasar ya había pasado.

Él se recordó a sí mismo sintiendo como si una parte de su vida hubiera muerto con Vince y eso casi acababa con él.
Solo el conocimiento de que él no era el único que había perdido a Vince, que también estaba Oliver, cuyo dolor no podía ni imaginar, lo ayudo a mantener la cordura, sabiendo que si él se dejaba perder en su dolor, no habría nadie que ayudara a Oliver con el suyo.

Fue por eso que renunció a su trabajo, renunció a la oferta de trabajo que lo llevaría a Alemania, y se dedicó a cuidar de Oliver en la medida de lo posible, sin embargo, mientras el tiempo pasaba y Oliver no salía de su letargo, Shaun comenzaba a preocuparse más y más.

Él no quería que Oliver continuara perdido dentro de sí mismo, y creía que un cambio de aires, quizás el estar alejado durante un tiempo de todos los recuerdos de su vida con Vince que abundaban alrededor de la casa, le ayudaría a por lo menos volver al mundo de los vivos.

Shaun no sabía si había tomado la decisión correcta, pero estaba desesperado, y en ese punto, haría lo que fuera con tal de que Oliver volviera a mirarlo a los ojos.

—Hoy he hablado con Bobby, me dijo que ya todo está listo para recibirnos cuando lleguemos —continuó Shaun cuando el silencio se extendió en la habitación—. Nos vamos a quedar en su antigua casa por un tiempo, ya sabes que él ahora vive con su novio, y ya todo está preparado, lo único que necesitamos es terminar de embalar y partir.

De nuevo, Oliver permaneció en completo silencio y Shaun suspiro, sintiendo como las lágrimas hacían arder sus ojos.

Mordiendo su labio inferior y tapando sus ojos con su antebrazo, Shaun deseo, no por primera vez, que todo no fuera tan difícil.

—Te extraño Oliver, por favor vuelve —rogó en voz baja con la garganta constreñida debido a las lágrimas—. No puedo hacer esto solo, por favor, ayúdame.

Pero mientras el peso de todo se hacía cada vez más pesado sobre los hombros de Shaun, Oliver aun así permaneció en silencio, completamente sumido en su dolor, sin ser consciente de que Shaun, poco a poco, estaba perdiendo su propia batalla.

El Alma de Vince. Serie Los Orígenes y la Guerra de los Dioses 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora