El Alma de Vince. Serie Los Orígenes y la Guerra de los Dioses 3.

Capítulo 18. Parte 2

Oliver pasó cuidadosamente un pañuelo húmedo por el rostro de Bobby, quitando la suciedad y sudor que se habían acumulado en su piel en el transcurso del día.

Su rostro ya no estaba pálido, sus mejillas incluso tenían un poco de color, aunque tenía marcas purpuras debajo de sus ojos. Las heridas en su rostro y cuerpo habían sanado, aunque quedaban unas tenues cicatrices que nunca ser irían, y que serían el recuerdo de lo que le había pasado.

Una intravenosa con Sint-C, el medicamento patentado por el Dr. Mitchell que acelera las habilidades curativas de los cambiaformas, estaba enganchada en la mano de Bobby, administrándole el medicamento que ayudó a reparar la mayoría de sus heridas internas.

Después de varios días Bobby se encontraba en buena forma, ya estaba fuera de peligro y todas sus heridas habían sanado, pero aún así, el continuaba inconsciente y sin mostrar señales de querer despertar.

Oliver no lo culpaba. Si él estuviera en su lugar, tampoco querría despertar en un mundo en el que la persona que amabas había tratado de matarte. Era un hecho muy cruel y doloroso para afrontar.

Él entendía el dolor de que todo lo que dabas por sentado, te fuera arrebatado cruelmente en un segundo.

No le gustaba pensar en ello, pero sabía que de no ser por la ayuda de Shaun y todos los demás, él tampoco hubiera despertado de su depresión después de perder a Vince. Aun no había superado esa etapa, pero pensaba que podía estar cerca de, por lo menos, entender que su pareja se había ido.

Oliver alejó esos pensamientos de su mente, cuando Shaun se acercó hasta él y puso una mano tranquilizadora sombre su hombro, mirando a Bobby con una profunda pena en sus ojos.

—Nunca había escuchado a Bobby tan feliz  como el día que me llamo para decirme que había conocido a Frank —dijo mientras sus ojos se empañaban con profundas sombras—. Podía escuchar el amor en su voz cada vez que me contaba algo sobre él, incluso una vez me dijo, que su vida había empezado a tener sentido solo después de conocerlo, y que no podía imaginarse una vida sin él.

Shaun permaneció en silencio algunos segundos, y cuando volvió a hablar, su voz estaba llena de un profundo dolor.

—Si tan solo lo hubiéramos sabido… si tan solo no hubiera sido tan bueno ocultando al monstruo en su interior.

—No había manera de saberlo —dijo Oliver mientras subía su mano y apretaba la de Shaun—. No había forma de saber lo que estaba planeando, porque todos confiaban plenamente en él, no había ningún motivo para dudar. Tal como lo has dicho, Frank era un monstruo… probablemente nunca sepamos que fue lo que lo motivó a acabar con la vida de su pareja.

—¿Crees que pueda despertar en algún momento? —Shaun le pregunto.

—Sí, yo pienso que solo necesita descansar un poco mas y que muy pronto estará de pie de nuevo —aseguró Oliver con convicción—. No hay que perder la esperanza.

—Tienes razón, quizás solo hay que darle un poco más de tiempo para procesar todo —dijo antes de inclinarse y dejar un suave beso sobre la cabeza de Oliver—. Ya es hora de almorzar ¿prefieres bajar o traigo tu comida acá?

—Preferiría comer aquí, aun no me siento cómodo con todos los demás —dijo mientras encontraba su mirada con la de Shaun.

—Está bien entonces, vuelvo en un segundo —dijo con una suave sonrisa en sus labios antes de apretar de nuevo el hombro de Oliver.

Oliver lo observó hasta que salió de la habitación y después volvió su mirada hacia Bobby. Puso de nuevo la esponja en el recipiente con agua, y con sus dedos movió el flequillo de Bobby de su frente y delineo suavemente la forma de sus cejas.