Capítulo 6.

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Faith se rió más fuerte de lo humanamente posible, casi hasta el punto en el que comenzó a ahogarse, mientras su hermano Raven le enseñaba el dedo medio desde su posición desparramada en el sofá.

—Hiciste trampa —gruñó Raven mientras tiraba lejos el control del video juego, un ceño fruncido adornando su frente.

—Oh vamos, Raven, no seas un mal perdedor —dijo Faith sin dejar de reír.

—No soy un mal perdedor —Raven refunfuño cruzándose de brazos—. Es solo que no me gusta perder.

Faith negó con la cabeza aun riendo ante las payasadas de niño pequeño de Raven. Ni siquiera Noah y Masson, los hijos de Faith y unos preciosos preadolescentes de diez años de edad, se comportaban de esa manera.

Pero, a pesar de lo ridículo que podía parecer que un hombre de la edad de Raven se comportara como un chiquillo, Faith se alegraba de ver esa parte risueña de su hermano.

Él aún recordaba aquellos primeros días de haberse conocido, cuando Raven no era nada más que un egocéntrico cantante que ponía un muro de espinas a su alrededor y cuya lengua sarcástica y personalidad vanidosa mantenía a todos alejados para que no pudieran ver al chico herido y solitario que había en su interior.

Raven había recorrido un largo camino desde ese chico espinoso que no quería saber nada de Faith y su familia, a ser ese hombre que cuidaba de Noah y Masson como el mejor de los tíos y que buscaba cualquier excusa para estar cerca de Faith.

Había sido un cambio significativo y Faith estaba muy agradecido de haber sido capaz de formar parte de ello.

Las voces que lo habían atormentado antes aún estaban ahí, pero aparecían de forma distante y sus ataques eran menos severos, por lo que Faith estaba agradecido, su hermano se merecía algo mucho mejor que toda la tortura que había soportado en el pasado.

—Ya, ya bebé, mamá te dará un beso para que te sientas mejor —se burló Clark entrando en la habitación, una sonrisa, sin juego de palabras, lobuna en sus labios mientras miraba a Raven con una ceja alzada a la perfección.

—Besa mi trasero —gruñó Raven hacia su cuñado, un doble dedo medio haciendo acto de presencia.

Faith simplemente siguió riendo y abrió su boca para decirle a Raven lo ridículo que se veía actuando como un niño, sin embargo, sus palabras nunca se escucharon porque justo en ese momento el dolor más fuerte que jamás había sentido lo invadió desde la cabeza hasta los pies.

Grito, o pensó que lo hizo, completamente sorprendido y choqueado, mientras llevaba una mano a su pecho, en donde sentía su corazón doler y desgarrarse sin piedad.

Faith miró a Raven con horror cuando él también comenzó a gritar, una máscara de agonía pura en su rostro mientras apretaba  sus manos contra su pecho.

¿Qué estaba sucediendo?

¿A qué se debía ese dolor tan grande que lo hacía sentir como si se estuviera muriendo?

—¡Faith! —gritó Logan frenético mientras entraba en la habitación, inmediatamente llegando hasta Faith y poniéndolo contra su pecho, buscando con sus manos heridas en el cuerpo de su compañero—. ¿Qué te sucede, amor?

—No lo sé —sollozó Faith mientras sentía las lágrimas bajando por su rostro, su cuerpo entero temblando sin piedad mientras el dolor se negaba a desaparecer—. Me duele el corazón y me siento perdido, es como si hubiera perdido algo o a alguien muy importante. Tengo miedo, Logan.

—Shhh, está bien bebé, sea lo que sea, lo resolveremos —Logan dejo un beso sobre su cabeza mientras pasaba la mano una y otra vez sobre su espalda tratando de calmarlo.

Faith miró a su hermano estando en la misma posición con Sebastián, su pareja, mientras este trataba de calmarlo, con Clark sirviendo como apoyo en su espalda y ambos con expresiones preocupadas en sus rostros.

Faith repentinamente sintió un impulso, casi una compulsión, de tocar a su hermano, de estar piel con piel como una sensación persistente, como si tuviera una espina clavada en su dedo que se negaba a salir.

Sabiendo que nada bueno salía de ignorar su instinto, Faith se retorció en los brazos de Logan hasta que logró llegar a su hermano, encontrándose con la mano de Raven a mitad de camino, y lo tomo de la mano, sus dedos uniéndose en un apretón de muerte.

Inmediatamente después del primer contacto una seria de imágenes llegaron a su mente y lo dejaron sin aliento y completamente petrificado del miedo.

Se trataba de un hombre, muy parecido a ellos y de aspecto menudo, arrodillado sobre un piso de madera mientras otro hombre estaba sobre él, sus brazos alrededor del cuerpo tembloroso tratando de sostenerlo, mientras el hombre gritaba y lloraba en completa y absoluta agonía. Faith prácticamente podía sentir la profunda pena y el dolor saliendo en ondas de su cuerpo mientras el hombre enterraba su rostro entre sus manos y gritaba una y otra vez: Vince.

Vince.

Vince.

El dolor del hombre era tan potente que, mientras gritaba hasta que su voz salió ronca y ya no se pudo escuchar más y mientras sus lágrimas eran grandes y dolorosas sobre sus mejillas, Faith sintió como si hubiera sido él el que lo hubiera perdido todo en ese instante y su corazón se detuvo antes de romperse en pedazos.

El solo hecho de ver tal desolación en el rostro del hermano que aún no había podido conocer tenía a su mundo sacudiéndose hasta los cimientos.

Pero, tan pronto como las imágenes habían aparecido, con la misma velocidad se habían ido. Faith repentinamente se encontró de nuevo en su sala de estar, y sus ojos se encontraron con los de Raven, ambos con su pena mostrándose en su mirada.

—Se trata de una de nuestros hermanos perdidos —dijo Faith con voz rota mientras sentía como las lágrimas bajaban por sus mejillas sin control.

—Es su dolor el que estamos sintiendo —confirmó Raven antes de enterrar su rostro entre sus manos y empezar a sollozar contra el pecho de Sebastián.

—¿Qué sucede? —preguntó Logan suavemente mientras apretaba fuertemente a Faith contra su pecho—. ¿Está herido o en peligro?

—No, es algo mucho peor —dijo Faith negando con la cabeza completamente consternado—. Él… él acaba de perder a su pareja.

Faith escuchó las rápidas inhalaciones de Logan, Sebastián y Clark, mientras la magnitud de la situación caía sobre ellos.

Su hermano estaba experimentando el peor dolor que un cambiaformas emparejado podía sentir. La peor de las desdichas por la que nadie querría pasar.

Ahora más que nunca se hacía imperante encontrar a su hermano antes de que fuera demasiado tarde, porque, al perder a un compañero ningún cambiaformas sobrevivía más allá de un mes, y los que lo hacían, solo eran cascaras de lo que alguna vez fueron, y Faith moriría antes que permitir que su hermano se fuera de su lado incluso antes de que pudieran encontrarlo.

El Alma de Vince. Serie Los Orígenes y la Guerra de los Dioses 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora