Capítulo 20.

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Vince, Shaun y Oliver regresaron a la mansión poco tiempo después de su reencuentro. Querían tener más tiempo para tratar de recuperar todo el tiempo perdido y para entender mejor la situación en la que se encontraban, pero Vince había dicho que aún no era el momento para ello, aún estaban en una situación muy precaria además que los hermanos de Oliver necesitaban saber algunas cosas importantes antes de que pudieran librarse de esa situación.

Shaun no entendía nada de lo que estaba pasando, todo había ocurrido en una secuencia rápida de eventos desafortunados, por lo que simplemente estuvo de acuerdo en silencio y siguió a sus parejas hacia la mansión.

Sus parejas.

Él todavía estaba en las nubes con esa revelación.

No sabía cómo afrontarlo ni cómo entenderlo, tenía muchos años desde que se había hecho a la idea de que nunca seria completamente feliz, que nunca tendría lo que deseaba, y que estaba condenado a tener frente a él todo lo que quería pero sin poder ser capaz de tenerlo.

Había vivido muchos años de amargura y dolor, no podía simplemente enterrarlos y olvidar que habían existido. Sabía que pasaría mucho tiempo antes de que pudiera aceptar los hechos de todo corazón.

Pero por el momento estaba haciendo su mejor esfuerzo, tratando de abrir su mente a la idea de que, sí, después de tanto desearlo, Vince y Oliver eran suyos. Completamente suyos.

Ya no sería nunca más el mejor amigo que veía su felicidad desde lejos.

Ya no sería la tercera rueda que no encajaba pero que no podía irse.

Ahora tenía pleno derecho para ser feliz a su lado.

Era un pensamiento embriagador que lo llenaba de felicidad.

Shaun solo salió de sus pensamientos cuando llegaron a la mansión y fueron directamente a la sala de estar.

Todos los demás ya estaban ahí reunidos, el Alfa y su pareja, así como los demás integrantes de su círculo íntimo, sin duda esperando una explicación de lo que había pasado. Él sentía que los había visto a ellos en más reuniones en estos pocos días que en todos los meses que los había conocido, por lo que entendía que la situación era verdaderamente grave.

Todos tenían expresiones expectantes e interesadas, sin embargo él también podía ver mucho recelo y cuestionamiento, así como desconfianza e incertidumbre dirigidas hacia Vince mientras lo observaban entrar en la habitación.

Shaun no podía culparlos, debía de ser muy chocante ver entrar el cuerpo de Bobby y saber que no era Bobby el que entraba. Y no porque alguno de ellos les hubiera dicho algo, sino porque la presencia, la mirada, la forma de caminar, la forma de actuar, nada de eso gritaba Bobby.

Podía ser su cuerpo, pero aun así todos sabían, que no era él.

Por lo que sí, él los entendía, sin embargo, aun así se preparó mentalmente para defender a su pareja si fuera necesario. Sabía que no era rival para ellos, no sin su arma, pero estaría condenado si dejaba que le hicieran daño a su compañero solo porque no entendían la situación.

Los tres juntos se sentaron en un sofá mientras miraban a los demás en la habitación como si estuvieran enfrentando un juicio. Oliver tomó la mano de Shaun apretadamente y él mismo tomo la de Vince, mostrándole su apoyo. Pasará lo que pasara, estarían los tres juntos en esto.

-¿Por qué no te sientes como Bobby en lo absoluto? -preguntó Faith rompiendo el silencio.

Todos los ojos estaban fijos en Vince, quien no se acobardó, y miró a todos con confianza en sus ojos.

El Alma de Vince. Serie Los Orígenes y la Guerra de los Dioses 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora