Capítulo 18

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Abrí con pesadez, gire la mirada y observe la habitación del hotel,que no sea lo que estoy pensando, que no sea lo que estoy pensando,levante la sabana con cuidado y observe que aún seguía vestida, vaya peor que tremendo susto, lo el sonido de una puerta abrirse y observe a Leonard con sólo una toalla amarrada a su cintura, el tipo no estaba tan mal, sin embargo no tengo tiempo para estos pensamientos.

-¿Que hora es?- pregunte antes de acurrucarme más en la cama.

-10:30 -contesto- ¿como te sientes?.

-Como todas las personas con resaca... Dime que está vez no vomite tu inodoro.

-No, vomitaste el del hotel- respondió y no pude evitar reir- ambos estábamos muy ebrios como para volver a casa.

-Entiendo.

-Me contaste mucho sobre el señor Miller y su secretaria la golfa de México.

-Entiendo-dije restandole imrtancia.

-Tuvimos sexo.

-Eso quisieras imbecil- dije antes de arrojarle una almohada.

-Sabes algo...

-Me produces jaqueca- le interrumpi- porque no te callas y me hablas cuando ya no sienta resaca.

Lo oi reir, hubo un momento de silencio y volví a oír el sonido de la puerta cerrarse. Solte un largo suspiro antes de mirar el techo, creo que este sería un día bastante largo, me senté en la cama y busque mi bolso, me levanté al observarlo tirado sobre una alfombra, mire varias llamadas de Theo, sabía lo difícil que sería tratarlo a partir de ahora, gire la mirada y observe una jarra de naranja, tire mi telefono sin remordimiento alguno y lo observe.

-Comprare uno nuevo.

Oi el sonido de la puerta y levante la mirada para observar a Leonard ya vestido con su típico traje negro.

-¿Crees que puedas conseguirme ropa?- le pregunte y el volteo a verme- necesito encerio una ducha y pronto.

-Veré que puedo hacer- me respondió.

-Lo tomaré como un si- dije antes de entrar al baño.

Y por primera vez en mi vida, tome la ducha más larga de toda mi vida, necesitaba pensar en algo, estar tranquila, cerré los ojos un momento y a mi mente un recuerdo fugaz de mi besando a a Leonard, ¿que tan borracha me habré puesto ayer?.
El sonido de la puerta me distrajo, me levanté de la tina, tome una toalla y me enrrolle en ella antes de abrir la puerta, observe a Leonard totalmente sonrojado mientras me extendía una bolsa, yo la mire y la tome.

-Gracias- dije antes de cerrar la puerta para poder vestirme y es que desde ese momento a mi mente no dejo de venir el recuerdo de Leonard y yo basándonos.
Cerré los ojos para tratar de concentrarme, pero no recordaba con exactitud en que momento, una vez lista.
Salí y observe a Leonard leyendo algo en su tableta.

-Oyes, ¿acaso nos besamos anoche?- la pregunte.

Leonard no dijo nada, sólo me extendió su tableta, estaba en una página de chisme y en ella había una enorme foto de Leonard y yo basándonos mientras entrábamos al elevador.

-Ahora pensarán que eres 50 sobras de Hamilton- bromas antes de devolverle la tableta.

-¿Y que piensas hacer?- lo oi preguntar.

-Nada- respondi.

-¿Nada?.

-Así es nada. Tengo mucho trabajo y estoy demasiado ocupada como para preocuparme por cosas sin irrelevancia, además no es como si esto no haya sucedido, no está fuera de contexto ni nada ya si quieren pensar que tuvimos algo mas, que lo hagan.

-Entonces piensas dejar las cosas así.

-Si- respondí simple- por cierto eres muy bueno escogiendo ropa de mujer, me encantó el color- dije y lo tome por la cobarta- creo que a ambos nos queda el azul.

-No me hagas querer hacerte lo que no pude hacer anoche- me dijo casi en su susurro.

-Y tu me hagas querer enterrarte mis tacones en tu garganta- lo dije en el mismo tono que el empleo.- bueno nos vemos después.

-Eso significa que puedo llamarte.

-No lo creo tire mi teléfono a esa jarra- dije y salí de la habitación.

Al llegar a la oficina Iris comenzó a decir cosas sin parar, yo la observe de reojo se veía realmente nerviosa, al entrar observe a Theo sentado sobre mi escritorio.

-Iris llama a saguridad- ordene antes de cerrar la puerta- espero que tu excusa sea rápida.

-No tenias porque hacer eso- dijo y arrojó la revista a mis pies- Amairani tu no eres así.

-Tu vienes y me gritas por lo que hago como si tuvieras derecho, te recuerdo lo que hiciste..

-¡Y lo siento mucho!- me gritó interrumpiendome- yo no quise que pasara, ella estaba desconsolada por lo que paso en su vida, perdió a su hermana y yo trate de ser amable y entonces paso, no quería gritarle porque tu me enseñaste que jamás se le debe gritar a una mujer herida.

-¡¿Entonces por que me gritas!?.

-Por que no me dejaste explicarte nada, te lastime lose, pero jamás fue mi intencion. Realmente crees que te haría algo así cuando se lo que se siente, Amairani jamás e querido que volvieran a sentir algo asi porque sólo te arrincona a hacer cosas estúpidas como.. Como, eso- dijo y titubeo- por mi culpa paso y en verdad lo siento- Theo se acerco a mi y se colocó de rodillas enfrente de mi- perdoname, por favor. Perdóname por todo, por lastimarte, Amairani no quiero tu desprecio, esta bien si no quieres salir conmigo, pero por favor Perdóname... Perdome y permiteme ser tu amigo, te lo suplico.

Un enorme nudo se formó en mi garganta, la puerta de mi oficina fue abierta y los guardias de detuvieron en espera de mi orden.

-Ya te sabes la salida- dije mientras me dirigía a mi asiento.

-Irani- lo oi llamarme con un voz temblorosa.

Yo me sente y gire la silla para evitar verlo.

-Te perdono- dije al fin- pero no quiero verte por un tiempo.

-¿Por cuanto?- pregunto.

-Te lo haré saber, ahora vete.

Oi el sonido de varios pasos seguido por el sonido de la puerta cerrarse. Yo seguí observando todo desde la gran ventana de mi oficina, mire como Theo subió a su auto llendose por fin, solte un largo suspiro antes de hundir mi cara sobre mis manos.

-Realmente, me produces jaqueca.

Mejor soltera que mal casada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora