Capítulo 13

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Al entrar a la empresa observe a todos en pánico, si asi es, Satanás mismo habia llegado, durante estos dias pensaba hacerles la vida imposible, en especial al inútil que estaba llevando mi empresa a la perdida.

-¿Quien esta a cargo?- pregunte al entrar a la sala de conferencias.

Observe a un hombre alto acomodarse el saco mientras se levantaba, me observo con una sonrisa coqueta, si en definitiva este tipo se iria al demonio.

-Pues ya no mas, largo de aqui estas despedido- ordene y observe la notable sorpresa por parte de todos.

-Pero..

-Sin peros, toma tus cosas y largo- ordene mientras me acercaba a la silla presidencial- no tolero ningún error.

El hombre me observó con odio, que mas daba no veia a hacer amigos, observe a todos con sumo cuidado y mi vista paro en una jovencita quien tenia la mirada agachada hacia una carpeta, creo que habia encontrado al ratón de la empresa.

-Tu nombre- dije mientras la señalaba.

-¿Yo?- pregunto nerviosa la pelirroja.

-Si tu, ¿cual es tu nombre?.

-Béatrice.

-Bien Béatrice, serás mi asistente personal durante mi estadía, ahora anotaras todo lo que diga y quiero advertirte que no repetiré dos veces lo que diga. Ahora el idiota que se acaba de ir me importa un comino quien era, pero en cuanto a ustedes yo estaré aqui exactamente 2 meses y si en ese dos meses no logran volver a restauran mis compañía estarán todos despedidos.

Todos guardaron absoluto silencio, yo sonrei victoriosa yo me levante y los mire a todos.

-Quiero todos los informes desde el primer momento donde hubo la mas minimo grado de reducción de valores hasta los de ahora. Mañana por la mañana quiero todo, Béatrice ven conmigo.

Camine hacia la salida y Béatrice fue detras de mi a paso firme, comencé a darle las miles de órdenes al dia y todo lo que queria mañana temprano, la mire de reojo la pobre hasta estaba sudando de los nervios sin embargo no pensaba ser amable con nadie de los de aqui, despues de todo estaban cometiendo errores en mi empresa.

-Y mañana quiero un cafe express con espuma y dos de azúcar.

Dije y sali para dirigirme al hotel, al llegar me tire en la cama realmente estaba bastante cansada, bufe sobre mi almohada, serian los meses mas largos de toda mi vida.

A la mañana siguiente llegue temprano a la empresa, al colocar un pie dentro Beatrice me dio mi cafe y comenzo a en listar todo lo que estaba preparado para la junta que tendríamos sobre la evaluación.

-Al parecer la primera década fue exactamente hace 6 meses, 4 dias cuando aquel imbécil hizo una mala inversión- dije y arroje los documentos.

-La cantidad de perdida de dinero es del 1.3%, asi como fue perdido podremos recuperarlos- dijo Béatrice.

-Exacto sin embargo no pienso hacer algo como eso, nadie hizo nada cuando vio que la empresa comenzo a tener la mas mínima perdida, ahora tendrán que recuperarlos por si mismo- dije y di un trago de mi cafe, vaya la chica realmente habia hecho todo lo que le habia pedido sin error alguno.

-Lo entiendo- dijo Béatrice.

Yo la mire, me agradaba esta chica. Durante la junta pude notar el rostro de desesperacion, enojo y odio de todos. Me encantaba esto, eso significaba que estaban todos desesperados por encontrar una solucion para no perder sus empleos.

-Beatrice.

-Asi señorita Montiel.

-Vendras conmigo- dije antes de salir de la sala de juntas.
Mire a todos llendo de arriba para abajo, si este era el dulce olor de la desesperación.
Al llegar al restaurante no pude evitar  notar la constante mirada de Béatrice sobre mi, mientras leía el menú, supongo que se sentia confundida por la repentina invitación de comer, bueno mas bien orden.

-Necesito que cada propuesta que ofrezcan te la relaten a detalles, diles que tambien que solo tendrán tres dias y que..- pare de hablar cuando note que me miraba demaciado y no añoraba nada- ¿Que sucede?.

-Perdona es que ahora que le presto atencion se parece demaciado a una vieja amiga mía.

Yo arquee ceja mientras la miraba baje el menú y me concentre en Béatrice.

-¿Enserio?- pregunte- no puedo creértelo, quiero ver una foto.

Béatrice me sonrio nerviosa, sacó su telefono y comenzo a teclear en el, me lo extendió y  observe a una chica castaña de ojos miel con una enorme sonrisa con hoyuelos, vaya hasta yo me sorprendí bastante, el parecido era impresionante.

-Debo admitir que es impresionante, me encantaría conocerla.

-Bueno ella, murió a principios del año pasado.

-Lamento oír eso- dije sincera.

-No hay problema, creo que el que lo lamenta aun es mi hermano.

-¿Tu hermano?- pregunte.

-Era su prometida, llevaban mas de dos años saliendo, eran como la pareja enviada de todos, él la trataban a ella como una completa princesa- dijo y solto un largo suspiro- lo lamento creo que yo...

-Esta bien- la interrumpí- lo entiendo bien. Debe ser difícil para él.

-Bueno al principio lo fue, pero en los ultimos meses oi que esta mejor, incluso me confeso que le gusta una chica.

-Eso es un gran avance.

-Si que lo es, nuestra familia esta contenta por él. Ya era hora de que saliera adelante desde lo de Esther. Y que hay de usted señorita, ¿sale con alguien?.

-Soy soltera.

-Es una lastima es muy bella.

-Gracias pero la verdad prefiero estar asi.

-¿Por que?- pregunto- claro si se puede.

-Me gusta mucho concentrarme en mi trabajo, además no creo que una relacion sea lo mio, aunque claro no estoy cerrada ante la idea de que pueda suceder algo con alguien.

-Sera un hombre afortunado el que llegue tener su corazón.

-Si esperemos que el piense lo mismo- bromee.

-Lo hara, estoy segura..

Mejor soltera que mal casada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora