Capítulo Veintiseis

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“La leyenda del fuego”










Desde hacía años se creía en el mito de la gran y majestuosa ave llamada el Fénix, superando el tamaño humano por el doble y sus alas llenas de aquella gran llama escarlata quemando todo a su paso. Aunque muchos griegos en su tiempo le tuvieron miedo otros los cazaban para comérselos vivos y volverse los más grandes guerreros. No es mentira para nadie que ese ser místico era conocido por ser uno de los mas poderosos y no solo eso sino el único en el que ninguna raza humana lo a visto ni una sola vez.

Tan grande ha de ser su poder para no haber sido visto por nadie.

Pero después de años se descubrió que aquel Fénix no solo era majestuoso en su exterior sino todo su interior gritaba la palabra “justicia” y “honor”. Por ello solo los más grandes guerreros de noble corazón eran ayudados por él siendo suertudos pero todo esto ocurrió hace siglos cuando las personas no eran más que humildes campesinos.

Y ahora, desde hacía años que la humanidad iba decayendo por ello, su desaparicion.

Su historia grande y confusa, inventada por muchos y burladas por otros. Y el gran guerrero de noble corazón desapareciendo de la faz de la tierra perdido en algún lugar, renaciendo una y otra ves pero lejos y sin contactos. No era solo un noble sino varios pero ¿Dónde exactamente se encontraban?

Bueno, aquí yacente se encontraba un guerrero de gran corazón, moreno de cabellos rubios, cayendo lisamente sobre su frente y sus ojos marrones atentos en cada dar mirando todas las plantas tropicales de la Amazonas. No estaba solo, se encontraba con tres compañeros, un moreno bromista, un pelinegro egocéntrico y por último un sonriente con ojos rasgados.




—Siento que en algún momento llegará un gran tigre y nos volverá su almuerzo —dijo un tanto asustado Mike mirando todo con precaución.

—No si vamos más rápido —mostró una sonrisa ladina Antonio pisando más a hondo y aumentado la velocidad del auto 4x4 sin techo.

—Con eso solo conseguirás llamar la atención de todos esos animales peligrosos por el ruido —interpuso Blake sentado atrás de el, a su costado estaba Mike.

Jayden, delante de Mike en el copiloto se encontraba viendo todas las plantas que cruzaban a su lado. Se sentía un poco melancólico, era al único tonto que le habían rodabo su Zord Místico sin siquiera haberlo usado, se sentía un tanto avergonzado y más por el hecho de que era el líder. Tenía que hacer algo y demostrar su gran capacidad que al parecer había sido olvidada por todos.






«Tengo que conseguir ese Zord y volver a la mansión para entrenar, tengo que entrenar y entrenar mucho.

Demostrar de lo que soy capaz.

Y salvar a mi equipo, a Mia... »







Sería difícil lograr quitarle al Nixortom su Zord, bueno todavía no era suyo pero lo sería pronto.

—Jayden ¿tienes un plan? —preguntó el Black Ranger.

—No lo sé, ni siquiera sabemos donde estarán y qué es lo que nos rodearán —asumió apoyando su barbilla contra su brazo.

—Buen punto.

—Tranquilos chicos, si se dan cuenta todos aquí somos poderosos y Antonio, tu y yo tenemos los Zords mágicos esos. Será fácil si usamos esos poderes —asintió con orgullo Mike.

—Si, puede ser... —mostró una mueca insegura Antonio. Se sentía un poco inseguro, no quería que le robarán su Zord, no otra vez...

—Hay algo que no me fió en esos poderes. Como dijo el Mentor Ji, es mejor tratar de minimizar su uso a una sola vez por semana y solo en casos extremos —recordó decir Blake. Esos poderes eran realmente impresionantes que destruían todo a su pesar con un simple movimiento, ellos solo sabían controlar la parte sencilla, no sabían nada de lo extenso y que podría sobrellevar el poder en su totalidad. Blake lo sabía más que nadie, tanto poder destruía.

Power Rangers Samurai: El Regreso [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora