Matrimonio

Capítulo 12: La verdad del pasado

Narradora:

El pelimorado seguía hundido en sus pensamientos, tratando de engañarse a sí mismo... ¡Sin embargo, había una parte de él que no podía ser engañada!... Su pasado le atormentaba, y quizás, siempre lo haría... Pero seguía tratando de mantener el autocontrol, aunque tenía su lucha, ya que ambas partes de él, peleaban por salir a flote...

Aún recordaba toda su vida, antes de conocer a Bon. Su infancia, al lado de su hermana, quien siempre lo protegía y lo cuidaba cuando más lo necesitaba. Milly siempre le había dado su cariño como su hermana mayor, ya que su madre les decía que debían protegerse mutuamente. Ambos mantenían una promesa: ¡Milly cuidaría siempre de Bonnie, y cuando él se hiciera mayor, Bonnie la cuidaría a ella!... El pelimorado sabía el profundo cariño que su hermana sentía por él, y lo agradecía. Él también la quería y la protegería de cualquier problema. A Bonnie le gustaba sentirse amado y protegido, y trataba de retribuírlo de alguna manera... ¡Aunque él mismo, no comprendiese del todo, el significado de esto!...

No era igual en el caso de sus padres, ya que él no les sentía tanto afecto como debería, puesto que nunca estuvo de acuerdo con las enseñanzas y tradiciones que éstos les imponían a él y a su hermana. Bonnie no comprendía muy bien, lo que significaba amar a alguien, pero creía que era algo que debía hacerse por voluntad propia, y no por obligación... ¿Y de dónde sacaba eso?... Pues él había visto muchos hermanos malos y muchos padres que no amaban a sus hijos, pero que fingían hacerlo, sólo por una razón... ¡La apariencia!. Pero su situación era diferente, ya que Milly había decidido quererlo, y sus padres también... ¡Y ellos, lo hacían de verdad!...

Por eso, él no comprendía porqué sus padres se empeñaban en casarlos con alguien que ellos no eligieran, sólo para guardar las apariencias. El pelimorado detestaba las apariencias, ya que no te dejaban ser tú mismo, o al menos, así es como él lo comprendía. Al ir creciendo, fue entendiendo un poco, cómo funcionaba, ya que veía el ejemplo de otros matrimonios que habían sido unidos de la misma forma, pero seguía sin estar de acuerdo con ello. Sin embargo, su hermana, a pesar de tampoco estar de acuerdo, estaba dispuesta a obedecer a sus padres, casándose con quien ellos eligieran, y le decía a Bonnie, que debía resignarse a obedecer... ¡Pero el pelimorado estaba en contra de aquello, y aseguró que con él, no sería igual!...

Al llegar a la adolescencia, Bennie y Mery, padres de ambos hermanos, comenzaron a buscarles prometidos a sus dos hijos. Durante esos días, ambos daban un paseo por el campo...

-¡Al menos, espero que el novio que me elijan, sea guapo!...- Se rió, la peliazul, a modo de broma, intentando mostrarse animada con la decisión de sus padres.

Su hermano, quien caminaba a su lado, refunfuñó por lo bajo...

-¡Da igual!... ¡Tampoco es como si lo fueras a amar, sólo por su físico!- Replicó, con fastidio.

Milly lo observó...

-Creo que ya deberías hacerte a la idea...- Dijo, con algo de incomodidad.

El pelimorado la observó, con enojo...

-¡Mira, tú obedecerás a nuestros padres en ese asunto, pero yo no!... ¡Y si tú te resignas fácilmente a eso, no será así en mi caso!... ¡Eso te lo aseguro!- Afirmó, con determinación.

Su hermana lo vio, sintiéndose algo apenada...

-¿Y cómo piensas evitarlo?...- Preguntó.

Bonnie suspiró...

-¡No lo sé, aún... Pero algo he de hacer!- Aseguró.

No pudieron continuar hablando del tema, ya que alguien los interrumpió. Un chico venía corriendo apresurádamente, sin fijarse por donde iba, tropezando y haciendo caer a la peliazul, quien lo miró, con cierta molestia...