A Daisy, una chica de 16 años, le toca enfrentar con un gran cambio de su vida, se va a mudar a Los Angeles, debe abandonar su vida de Colombiana y aceptar que a pesar de que no le va a ir del todo bien, va a tener que acostumbrarse.
Ella va bajando la escalera cuando de repente ve que hay un perrito todo lastimado tratando de subir las escaleras, Sandra desesperada baja, agarra el perro, y lo lleva hacia la sala de auxilios (allí es donde guardaban los medicamentos, vacunas, curitas, antibióticos, etc), toma un desinfectante y comienza a curarle las heridas al perro. Llamó de un grito a Daisy para contarle sobre lo sucedido, ya que a ella le encantaban los animales, en especial los perros. Daisy al escuchar a su mamá baja de inmediato, ella al verlo le pareció un perrito muy tierno entonces le pidió a su madre si podía quedárselo, Sandra dijo: - Lo hablaré con tu papá y luego te digo. Federico dijo que si y Sandra fue a contarle a Daisy. Se decidieron por ponerle "Molo", pero también tenían 2 perritos más, que andaban dando vueltas por toda la casa.
"Chop":
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"Sparky":
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Y el nuevo perrito de la casa "Molo":
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Luego de un rato Mateo entra para ir a la cocina, y Sandra recuerda que tenía que hablar con él, entonces fue a la cocina. A Mateo le gustó mucho la idea de mudarse, y de inmediato fue a contárselo a sus amigos con un mensaje. Ya eran como las 22:25, Daisy estaba eligiendo su oufit para ir a la heladería al día siguiente, y Mateo estaba jugando a la Xbox, Sandra los llamó a cenar pero no querían bajar, hasta que su papá les dijo que iban a comer tacos y bajaron al instante. En la cena se la pasaron hablando de la mudanza, definiendo fechas, pasajes, etc. Federico les comentó que compró una mansión con 13 habitaciones, comedor, living, pileta climatizada, cancha de fútbol (con césped sintético) y muchas cosas más. Cada uno podría tener su baño propio, y un vestidor con las cosas que ellos quisieran. Eso fue lo que a Daisy comenzó a gustarle, entonces estaba más convencida de mudarse, pero igual extrañaría mucho su casa. Luego de comer el postre sacaron los pasajes y definieron como fecha de salida el 17 de febrero, ya que iban a tener que llevarse todo lo que tenían en su casa. Daisy ayudó a levantar la mesa y se fue a su habitación, se puso el pijama, y se recostó en su cama a pensar como podría ser su vida en Los Ángeles.
