Prólogo

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Esto es lo que parece una ciudad enorme... Realmente enorme.

*¡¿Dónde estoy?!*

Sé que esto es un sueño, pero aún así es demasiado increíble como para haber sido creado por mi mente.

Todas las casas, hasta la más pequeña y derruida tiene la impresión de ser un rascacielos.
Tiene un ambiente acogedor, aunque el viento es casi atroz y en general el frío es casi insoportable.


Para muchas personas esto podría ser algo interesante, excitante...pero para mí es un tormento, si en la vida real todo es un peligro, aquí podría morir en segundos. Sobrecogida decido caminar un poco, abrazándome para darme algo de calor.

A cada minuto que pasa el miedo se hace más intenso en mí.

*¡¿Por qué no despierto aún?!*

Llego a un punto en el que cualquier cosa podría asustarme, todo se siente tan real. El viento, mi calor, el frío... Como si fuera una realidad, sólo que no en mi mundo.

Sumida en mis pensamientos sigo caminando...

*Oh dios mío...*

*¡¿De dónde ha salido?!*

Delante de mí está un chico con un traje negro pegado al cuerpo, su cabello castaño claro cubre remotamente sus ojos avellana que ahora están a unos centímetros de distancia de los míos.


-¿Qué haces aquí, gyal?

Su tono divertido no hizo más que estremecerme y hacer que pegara un brinco. Un brinco que jamás creí que podría ser tan alto.

Un segundo después estoy en el cielo, ascendiendo a toda velocidad, como si mis piernas tuvieran la fuerza suficiente como para llevarme al espacio, grito con todas mis fuerzas, aunque a la velocidad que llevo la audición está totalmente bloqueada.

Desperté.



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Saludos, soy Nikk. 

Será un gusto tenerlos por aquí.



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