Me levanto sobresaltada.
La hora no esta a mi favor y tengo que dar unas pequeñas explicaciones a Margo. Además, hay otro tema que esta empezando a dar vueltas en mi cabeza.*Città Coraggiosa...¿La dejaré ir...para siempre?*
*¡Oh vamos! Sólo debes hacer un acto arriesgado cada tanto y seguirás ahí indefinidamente*
*Un acto arriesgado...ese es el problema*
Desde hace mucho que el miedo ha dominado la parte curiosa de mí, pero en esa ciudad...siento como si todo estuviera bien, como si no importara lo que haga...
El reloj me saca de los pensamientos y hace que me arregle para llegar al trabajo.
...
-Hola Margo - Entro a la cocina para encontrarla sentada, esperándome - ¿Qué tal tu día?
La voz me sale con apenas un hilo, su mirada está tan seria que podría matarme si quisiera.
-Hola, Cris - Su voz salió lentamente - ¿Que cómo ha estado mi día? ¡Pues bien! ¡Excepto porque ayer cierta niña causó un alboroto en el restaurante para luego marcharse, dejándome sola con la culpa!
- Lo sé Margo...lo siento - Mis ojos se clavan al suelo, no puedo mirarla - Lo siento mucho, he venido a explicarme...
-¡Ni hablar! - Su tono se relajó y por primera vez en el día me dedicó una sonrisa - No es necesario que me cuentes tu vida personal, sólo necesito que cargues con un poco de la culpa que me llevé ayer, eso es todo.
- Esta bien, después de todo fue totalmente mi desastre - Suelto las palabras mucho más relajada - En cuanto pueda le diré al jefe y quedarás exhimida de todo esto.
-Me parece bien - Margo me guiña el ojo - Ahora déjame trabajar, este filete no se hará apetecible solo.
Me río salgo de la cocina para limpiar las mesas y arreglaras como se debe, aunque puede que no tengamos más de diez clientes en todo el día.
...
El trabajo pasó demasiado lento, tal y como predije no tuvimos más de diez clientes, ocho para ser exactos.
Margo me sirvió un poco de su filete como almuerzo.*Uhmmm....con esto me basta para tocar el cielo y hablar con Dios...*
Como hoy me toca cerrar mi compañera ya está saliendo, se despide y yo me quedo sola en el restaurante. El jefe salió temprano también, así que su sermón luego de mi confesión no fue tan largo como pensaba.
Estoy limpiando la última mesa cuando se escucha la campanilla que indica la entrada de un cliente.
-Lo siento, pero ya cerramos - Digo sin mirar a la puerta - Puedes volver el próximo sábado si aún tienes hambre para entonces.
- No vengo por la comida gyal - Esa voz me sonó conocida - Aunque debo admitir que tu amiga cocina excelente.
Volteo rápidamente hacia la voz y ahí está Alex, con sus ojos avellana clavados en los míos.
-¿T...¡tú de nuevo!? - Me gustaría que la sonrisa que llevo en mi rostro se borrara, pero se rehúsa - ¡¿Qué haces aquí?!
-Bueno, vengo a ver a la gyal que me humilló ayer en cierto lugar - Su voz divertida hace juego con sus pasos que se acercan - Y también quiero ver a cierta niña que escapó con sólo verme sonreír.
-Creo que ninguna de las dos está aquí - Trato de seguirle el juego - La una está en otro mundo y la otra no volverá a aparecer frente a tí.
-¿Y...se puede saber por qué? - Ahora está a unos centímetros de distancia y su voz seductora no me ayuda en nada.
-Porque... - mi respiración empezó a entrecortarse por su cercanía - ya...no te...tengo miedo.
Su sonrisa de lado inundó mis pensamientos e hizo que mis mejillas ardieran. Mordí mi labio inferior en un movimiento reflejo. Su boca estaba tan cerca que podía sentir si respiración...
-Eso parece ser cierto - Dijo en un susurro - No me desagrada la gyal con la que me encontré hoy...a pesar de no saber que existía...
Más cerca, casi podía sentir sus labios sobre los míos, sus manos de repente se quedaron en mi cintura y la piel se me erizó.
*Te gusta... ¿Cierto? ¡Hazlo!*
*Si que quiero...pero, no hay que apresurarse...*
Justo antes de la unión de nuestros labios mi dedo pulgar se interpuso entre los dos, y antes de que Alex reaccionara le di un ligero beso en la punta del labio, lo suficiente para que me sintiera satisfecha...por hoy.
Alex abrió los ojos y luego de asimilar lo que pasó volvió a sonreír de lado.
- Realmente me impresionas Cris - seguía sin apartarse de mí - Pero has hecho que te desee aún más.
Puso su pulgar en mis labios e hizo exactamente lo mismo que yo, sólo que mucho más lento y profundo.
-Con esto me quedaré satisfecho... - Clavó sus ojos en mí - Por hoy.
Lo miré con ganas de más, mucho más, pero el reloj en la parte superior de la puerta me dio la fuerza para separarme de él.
- Debo irme, antes de que no tenga bus donde irme a casa - Le digo mientras termino de limpiar la mesa - Nos vemos luego.
-Algún día dejarás de ir en otro transporte que no sea mi motocicleta - Alex me plantó un beso en la mejilla y salió corriendo.
*¡Perfecto! ¡Ve con él!*
*No hay prisa, además esta noche lo volveré a ver*
*Así que si regresarás a Città Coraggiosa después de todo*
*...Tal vez...igualmente sólo es un sueño ¿no? *
*Eso Cristal, sigue excusándote con esa frase...algún día tendrás que aceptar tus miedos...¡ Y no habrá excusa que valga!*
*¡Cállate!*
...
Abro la puerta de mi habitación, y aunque sigo temerosa no puedo evitar querer hacerlo de nuevo.
*...¡Acceder!*
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El siguiente cap tendrá saludos.
Besos, Nikk ❤
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¡Mi Mundo!
Fantasía-¡ESTE ES MI ÚNICO LUGAR! Ya no puedo volver a lo real, esa ya no es mi realidad. Esto es real...Es mi mundo. Cris, la protagonista de esta historia, es una chica miedosa que tiene otra oportunidad al tener el honor de pertenecer a Città Coraggiosa...