-¡ESTE ES MI ÚNICO LUGAR!
Ya no puedo volver a lo real, esa ya no es mi realidad.
Esto es real...Es mi mundo.
Cris, la protagonista de esta historia, es una chica miedosa que tiene otra oportunidad al tener el honor de pertenecer a Città Coraggiosa...
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Al bajar del bus miro la hora: 4:00 pm.
*¿Qué se supone que haga yo a esta hora?*
Podría volver al trabajo y explicarme con Margo, pero eso podría hacerlo mañana. Pienso en ver películas hasta la noche, pero ya estoy cansada de hacer siempre lo mismo.
*Podría...*
*¡No!*
No debo pensarlo, alguien como yo no debería siquiera desear ir de nuevo a ese lugar.
*Si es que eso en realidad existe*
*¡Oh, por favor! Acabas de ver al mismo chico en el restaurante, ¿cómo puede ser eso irreal?*
*¡Cállate!*
*Vamos. Sabes que quieres hacerlo, ¡sabes que quieres volver a entrar!*
*Odio que tengas razón*
...
Abro la puerta de mi habitación lentamente.
En este momento acostarme implica muchas cosas, significa que lo quiero hacer, que quiero acceder.
*Además, sólo es un sueño, ¿No? No es como si fuera real*
Con este pensamiento decido acostarme, apoyar mi cabeza sobre la almohada, colocar ligeramente la sábana entre mis piernas, poner la mente en blanco...
*Nada*
Sonrío, sabía que no sería tan fácil acceder de forma consciente a Città Coraggiosa , ruedo un poco sobre la cama mientras pienso en otra forma de entrar a ese lugar tan extraño e intrigante. No se me viene nada a la mente. Finalmente quedo boca arriba, mirando fijamente al techo de mi habitación. Pensando, imaginando, planeando.
*Tal vez...*
"La ciudad elige a sus ciudadanos". La ciudad me eligió, y si lo hizo es porque soy bienvenida allí.
*¡Entonces puedo entrar como yo quiera!*
Cierro nuevamente mis ojos, esta vez con decisión, con deseo.
*...¡Acceder!...*
De pronto, comienzo a sentir una ligereza en mi cuerpo, me siento mucho más liviana. Me percato de que lentamente mi yose eleva por encima de mi cuerpo...
*...¡NO!*
Me arrepiento, con eso llega una sensación de caída precipitada hacia el suelo, siento un vértigo indescriptible. Caigo sobre mi cuerpo.
*¿Pero qué te ocurre? Miedosa*
*Vamos, tú puedes...¡Hazlo ya!*
Espero a tranquilizarme, dejo que mi pulso se desacelere por completo y lo vuelvo a intentar, ahora más preparada.
*...¡Acceder!*
Las mismas sensaciones, el mismo proceso, sólo que esta vez mi cuerpo sigue elevándose, pasa el techo de mi cuarto, sobrevuela la ciudad y...
