2 |Mi Mundo (Harry Styles)| *SEGUNDA PARTE DE "SECRETOS"*

Capitulo 1.

Una fuerte luz pega en mi cara, provocando un pequeño dolor en mi cabeza.

-¡Despertó! –Chilla una dulce voz femenina.

-¡Oh por Dios! –Chilla otra voz femenina que por el momento no logro reconocer.

Lentamente vuelvo a cerrar los ojos, y luego de unos segundos los vuelvo a abrir. Mi visión se encuentra un poco borrosa, y el dolor que sentía hace unos segundos desaparece por completo.

Rápidamente observo el rostro de Millie y mi madre.

-¡Heath! –Dice Millie, con una alegre sonrisa.

-Cariño –Susurra mi madre, mientras apoya su mano en mi cabello. –Has despertado… -Sonríe.

Sin ninguna palabra, ambas me ayudan a sentarme en la cama con mucho cuidado.

-Mamá… Mill… -Digo con una tierna sonrisa. -¿Cuánto tiempo fue?...

-Cuatro días y ocho horas –Dice mi madre, mientras se sienta a mi lado.

 Millie hace lo mismo, pero del otro lado de la cama.

-La verdad es que todavía me encuentro en shock. –Apenas se oye la voz de Millie. –O sea… ¡Mi mejor amiga es una vampira! –Chilla en un susurro.

Mi madre ríe.

-Dios –Niego con la cabeza. –Realmente me siento normal, un poco somnolienta, pero no siento nada raro en mí.

-Espera a que te dé hambre…

-Me han dicho que puedo comer comida de humanos… -Interrumpo a mi madre.

-Sí, eres una lamia, pero la primera vez que sientes hambre, siendo vampira, tendrás que beber sangre. –Ella hace una pausa, y observa mi cara de asco. -Heath… Acabas de convertirte en vampira, la primera vez que sentirás hambre será una sensación muy extraña y aunque te dará asco pensar que tienes que beber sangre, cuando lo hagas no querrás dejar de hacerlo…

Suspiro.

-Confío en tus sabias palara Darla –Murmuro, enfocando mi mirada en ella.

-¿Quieres que te prepare la bañera? –Pregunta ella, con una dulce sonrisa.

-Sería genial –Digo rascando mi sien. –Es un récor para mí no bañarme durante cuatro días…-Mi madre se levanta y se dirige a mi cuarto de baño, para prepararme la bañera.

-Que seas vampira, no quiere decir que olerás bien por el resto de tu vida –Inquiere Millie.

En ese momento dejo escapar un suave carcajada.

Rápidamente observo que Millie me mira con extrañeza.

-¿Qué pasa? –Pregunto, mientras llevo mis manos a mi cara.

-Oh Dios –Niega con la cabeza.

-¿Qué pasa Mill? –Pregunto con un poco de miedo.

-No sé… -Sonríe. –Estás más… bonita.

Yo río.

-¡Espera! –Grita, frenando mis palabras. –Eso no quiere decir que me gusten las mujeres, sabes muy bien que me gustan los varones.

Yo comienzo a reír con más fuerzas.

-¿Qué pasa por allí? –Pregunta mi madre desde el baño.

-¡Nada! –Millie le devuelve el grito.

-Tranquila Mill, nadie puede resistirse a esta belleza. –Digo en un tono vanidoso.

-Por Dios, no te lo tomes a pecho. –Dice ella mientras arquea una ceja. –Por cierto, te has dormido cuatro días y te has perdido la mitad de tu vida…

-¿La mitad de mi vida? Cariño, soy eterna.-Digo arqueando una ceja.

-No si te clavan una estaca de madera en tu pecho…

Abro mis ojos con exageración, y preocupación.

-Es solo una broma –Dice rápidamente. –Bueno, en realidad no. 

Yo río, debido a la forma en la que lo dijo.

En ese momento el celular de Millie comienza a sonar. Ella atiende, y rápidamente observo su mirada. Puedo sentirla asustada e insegura. Luego de unos segundos cuelga.

-Heath, debo irme, surgió un problema con mi madre, luego paso y hablamos que tengo que contarte un mar de cosas –Murmura con una tierna sonrisa.

Sin que me dé tiempo a responderle, besa mi frente y sale de mi habitación despidiendo a mi madre con un grito.

Darla se acerca a mí, y a continuación dice:

-El agua ya está lista cariño…

-Bien –Murmuro, e intento pararme.

En el momento que mis pies se encuentran con el piso, sigo sintiéndome normal hasta que intento caminar. Sin que yo pueda mandar a mis piernas, éstas caminan rápido, y con pasos sumamente atontados.

-¡Por el amor de Dios!

Mi madre ríe.

-Tranquila cariño, camina con cautela… -Murmura mientras se acerca a mi lado, tomando mi brazo.

Lentamente me acompaña hasta el baño, y me deja sola para que pueda bañarme. 

-Te dejé una muda de ropa sobre tu cama, allí tienes una bata de baño y unas pantuflas, si necesitas algo cuando salgas llámame –Comenta mi madre, y en el instante que termina de hablar escucho que cierra la puerta de mi habitación.

El agua está hermosa. Puedo sentir mi piel más suave y realmente acabo de notar que se ve un poco más tostada. Un color muy bueno para mi gusto.

Luego de casi una hora de baño, intentando despejar mi cabeza de todo lo que me ha pasado, y de todo lo que tendré que vivir, termino mi baño. Salgo de la bañera, seco mi cuerpo, y rápidamente me cubro con la bata. Calzo las pantuflas, y con mucha cautela salgo del baño. 

En el momento que llego a mi habitación, me topo con la persona más hermosa, parada en mi balcón.

-¡Harry! –Chillo con muchas fuerzas y alegría.

Sin pensarlo voy corriendo hasta él, pero me caigo. Él ríe. Vuelvo a pararme, y lo abrazo con fuerzas.