2 |Mi Mundo (Harry Styles)| *SEGUNDA PARTE DE "SECRETOS"*

Capitulo 2. *MARATÓN 1/2*

-Heath… -Susurra, mientras lentamente pega sus labios con los míos. –Realmente me has extrañado. –Dice con una dulce sonrisa. –Sé que nadie puede vivir sin mí. –Agrega rápidamente.

-Si claro. –Comento, mientras doy media vuelta y me dirijo hasta mi cama en busca de mi ropa.

Me quedo parada observando a Harry. Él ni siquiera se ha movido.

-¿Te quedarás allí parado? –Pregunto, mientras miro mi ropa, dándole la señal de que debo cambiarme.

-¿A caso debo irme?

Asiento con obviedad.

-Tengo que cambiarme. –Digo, mientras tomo una prenda.

-Vamos Heath… Conozco tu cuerpo –Dice mientras me guiña el ojo.

-Bien. –En ese momento, dejo caer la bata, y Harry clava por completo su mirada en mí. -¿Creíste que estaba completamente desnuda? Idiota. –Comento, mientras tomo un simple sweater rosa.

Llevo puesto mi ropa interior. Harry de aseguro se imaginaba que estaba completamente desnuda, pero realmente soy muy pudorosa, apenas puedo mantenerme en ropa interior dentro de mi propia habitación.

Mientras me visto, los ojos verdes de Harry siguen clavados en mi con una mirada muy fascinada, es ahí cuando comienzo a incomodarme. Seguidamente tomo el jeans que se encuentra sobre la cama y me lo pongo rápidamente. Una vez que termino de cubrirme él se acerca lentamente con una sonrisa macabra.

-Que lindas bragas –Dice mientras se tira sobre mi cama. –Pronto cumplirás dieciocho años… -Vacila sin terminar su oración.

-¿Y? –Pregunto, mientras comienzo a calzarme.

-No te vendría mal usar tangas…

En ese momento comienzo a reír.

-Por el amor de Dios Harry –Digo, mientras termino de reír. –Tú sí que me sorprendes…

-Solo digo… Bueno, a los hombres les gusta que las mujeres usen…

-Basta. –Lo freno. En ese instante me desplomo sobre su cuerpo, quedando sobre él. –A ti te tiene que gustar lo que yo use. –Le doy un beso…

-Ni que fuera tu sumiso –Dice rápidamente.

-Claro que sí, yo soy la dominante.

Él ríe, y rápidamente se da vuelta quedando sobre mi cuerpo.

-Ya veremos quién es el dominante y quien es el sumiso. –En el instante que Harry termina de hablar, mi madre entra a mi habitación.

Realmente es increíble la manera en la que Harry se levanta, quedando parado como un niño bueno.

-Señora Darla –Dice con nerviosismo.

Yo me levanto de la cama y quedo al lado de Harry.

-Yo… Solo vine a avisar que Millie ha vuelto –Murmura mi madre con una simpática sonrisa.

Seguidamente vuelve a bajar.

-Realmente eres un idiota –Digo, mientras le paso por al lado, dirigiéndome hacia abajo.

-No podríamos volver a decirle que estábamos jugando –Comenta, mientras me sigue.

Yo comienzo a reír al entender a que hace referencia.

Por suerte, ésta vez logro controlar mi equilibrio. Camino normalmente, pero con un ritmo más acelerado.

-¡Heath! –Chilla Millie con una tierna sonrisa. -¡Harry! –Vuelve a decir con el mismo tono, en modo de saludo.

-Hola Mill –Comenta Harry, mientras alza su mano.

-Vine para invitarte al shopping, para que pasemos un rato juntas, pero si quieres vamos luego…

-¡Oh! –Murmura Harry mientras observa su reloj. –Vayan tranquilas, yo tengo que ayudar a Ryan a hacer algunas cosas en la casa de Greg… -Continúa.

-Bien. Entonces… todos felices. –Digo con una simpática sonrisa.

-Te veo después. –Sin ningún problema, Harry me besa delante de mi madre, como si realmente estuviésemos en una relación oficial.

Ahora que me pongo a pensar, Harry en ningún momento me pidió que sea su novia. Por más que estemos destinados el uno al otro, él debe pedirme para que sea su novia. Porque está claro que yo, siendo mujer, no me le declararé. Claro que no.

Yo sólo le sonrío.

Él saluda a mi madre y a Mill, y sale de casa.

-Fue fuerte –Dice mi madre, señalando la puerta por la cual se ha marchado Harry. Lentamente se dirige a su escritorio.

Mill y yo comenzamos a reír.

-Heather Swayze –Millie toma postura. –Creo que me he perdido gran parte de tu vida…

-Puedo asegurarte que no te has perdido nada –Murmuro, mientras busco la tarjeta de crédito de mi madre. -¡Mamá usaré tu tarjeta! –Grito, mientras ambas salimos de mi casa.

Mi madre me devuelve el grito con un ¡Sí! Rápidamente, Millie y yo pedimos un taxi y vamos directo al shopping.

De aseguro será una de aquellas tarde que disfruto junto a mi mejor amiga.