2 |Mi Mundo (Harry Styles)| *SEGUNDA PARTE DE "SECRETOS"*

Capitulo 39: *MARATÓN 3/4*

DÍA DOS

Me siento completamente descansada, pero raramente sin fuerzas.

Mis párpados se abren.

-¡Buen día cariño! –dice Mike, mientras baja de las escaleras con un móvil en su mano. –Bueno, mejor dicho, buenas tardes… Eres muy dormilona –comenta con sarcasmo. –Aunque puede ser el tranquilizante que te inyecté mientras dormías... –sonríe.

En ese instante nuestras miradas se cruzan, y puedo jurar que la persona que tengo enfrente es la que más odio en este mundo.

-Mira –dice, enseñándome el celular. –Este aparato está muy avanzado, digamos que es… “especial para secuestros”. Llamaremos a tu madre, y nadie podrá registrar la llamada ya que el celular posee un bloqueador, el cual, obviamente, bloquea el número y cualquier tipo de registración, ya sea de donde proviene la llamada y todo eso…

Mike marca un número, completamente de memoria.

Pone el celular en su oído y vuelve a sonreírme. Luego de unos segundos él comienza a hablar.

-¿Darla? –pregunta, sonriendo cada vez más. –Oh cariño, ¿Cómo estás? Escucha, tengo una sorpresa para ti…

Mike pone el móvil en mi oído.

-¿Hola?

 Al escuchar la voz de mi madre, las lágrimas comienzan a caerme repentinamente.

-¡Mamá! –chillo con fuerzas.

-¡Oh dios mío! ¡Heather! ¡Hija! ¡Por Dios! ¡¿Dónde estás?!

-¡Mamá, Mike me tiene secuestrada fuera de Londres!

En ese instante Mike quita el móvil de mi oído, y comienza a hablar con mi madre.

-Pero qué momento más emotivo –dice riendo.

Él aleja el celular de su oído y me mira.

-Es igual de idiota y chillona como tú.

Mike vuelve a poner el móvil en su oído.

-Relájate vieja. Escucha, sabes que el dinero me importa una mierda, yo solo quiero venganza, y la verdad que tu hijita no la está pasando tan bien… Pero quédate tranquila, que por lo menos tiene un colchón y comida, que es lo primordial. Bueno, en fin. Ya les dio un dato, y por haber abierto la bocota ahora tendrá su merecido. Fue un gusto hablar contigo Darla.

Cuelga.

-¡Ethan! –chilla, y enseguida baja.

-Dime Mike –murmura él, mientras clava su mirada en mí.

-Ve en busca de los cintos y la soga que están en la cochera.

Ethan traga saliva.

-Mike, ¿Qué harás?

-Será mejor que te guardes tus preguntas y obedezcas.

Ethan vuelve arriba, y rápidamente la soga y los cintos se encuentran con nosotros, pero traídos por Austin.

-Ayúdame. –dice Mike.

Sé que lo que está por venir no es nada bueno.

Austin se acerca hasta mí, pero enseguida opongo resistencia.

-¡Suéltame! –grito con fuerzas.

-Déjala solamente con su sostén. –comenta Mike, mientras se acerca con la soga.

Austin consigue quitarme la ropa, y enseguida ambos me atan a la soga.

Me siento completamente débil. Lo que me ha inyectado Mike ha sido muy fuerte.

Mike cuelga la soga a lo alto del techo, enganchándola en unos viejos caños. Lo ajusta con fuerzas.

-Ahora vete, y que nadie entre.

Austin ni siquiera me mira.

Rápidamente obedece a lo que le dijo Mike.

-Muy bien niña –murmura mientras toma un cinto, de una estructura rigurosa. –Te has portado muy mal… Has dicho cosas que no debías decir…

-Mike no es necesario que hagas todo esto… -murmuro con la cabeza gacha.

-¿Perdón? Yo no te he dado la palabra. –el se pone detrás mío. –Por cierto, que lindo torso que tienes.

En ese instante, aquel cinto choca con mi piel, pegando con mucha fuerza.

Gimo.

-Esto apenas comienza.

Cierro los ojos, y me muerdo los labios. Es lo único que puedo hacer.

Estuvo así más de media hora.

Nunca sentí un dolor físico tan fuerte como ese.

-¡Ethan! ¡Austin! ¡Vengan aquí! –grita Mike, mientras observo algunas gotas de sangre en su ropa.

Ni siquiera tengo fuerzas para abrir los ojos.

Siento como comienzan a quitarme la soga de las manos, y lentamente me recuestan boca arriba sobre aquel colchón.

Apenas siento un balbuceo de Austin y Ethan, pero ni siquiera tengo fuerzas para seguir despierta.