Capítulo 28

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*Dania*

— Gracias por la ropa — Les sonrió a ambas mientras me ayudan a cambiarme — ¿Trajeron lo que les pedí?

— Sí — me dan la otra memoria — ¿De verdad se la darás? — me pregunta Lydia y yo niego.

— Confío en que no sea necesario — me amarro las agujetas con demasiada lentitud. Soy una gelatina andante. Estoy toda nerviosa y las fuerzas que tengo no son muchas y apenas si me puedo agachar.

— La otra quien la tiene? — Penélope me mira nerviosa.

— Trevor — termino con las agujetas — Ya saben lo que deben de hacer ¿trajeron el auto? — asienten — Me llevaré el celular de Will, asegurense de que Jordan lo rastree —

— No te preocupes — me sonríe Lydia — Rocky estará vigilando en el lugar — asiento.

— Lamento meterlos en esto — niegan y me abrazan con cuidado.

— No estás sola y León lo verá — trato de no llorar más.

— Ok — me separo de ellas — ¿Listas? — me pongo la capucha.

— Preparadas — asienten.

— Penélope, llama a Will — asiente. Sale de la habitación, Lydia y yo guardamos silencio para escuchar las voces. Cuando la puerta es abierta por William, el me mira frunciendo el ceño.

Dios!! Le voy a provocar una buena jaqueca!

Lo golpeó con la caja en la cual guardaba la memoria que traigo conmigo, justo en la cabeza, causando qué él se desmayé y pueda salir sin que avise a Jordan.

— Ya saben lo que tienen que hacer, esperen 15 minutos después de que haya salido y díganle a Jordan dónde estoy — ambas asienten — Gracias — me asomo antes de salir y al ver que no hay rastro de alguna enfermera o doctor, salgo apresurando el paso lo más que puedo. Me he tomado la medicina y espero me de las fuerzas necesarias para seguir con el plan, llegó al elevador y oprimo el botón para que me lleve a planta baja. Al llegar a planta baja, logro salir sin llamar la atención de alguna enfermera.

Bien! Primer paso completado!

Con la mirada busco el auto de Lydia y justo cuando camino hacia el, una mano me detiene el andar.

— ¿Dania? Por qué estás de pie y fuera del hospital? — Demonios!! Todo iba tan bien.

— Señora Sharon ... Yo ¿Que hace usted aquí? — miro disimuladamente alrededor de nosotras. No puedo arriesgarme a ser vista con ella, pues ambas estaríamos en peligro.

— Mi hijo me contó — Ruedo los ojos — Todo — enfatiza esa palabra — Hija, mi hijo te ama, eres su adoración. Por favor deja que te ayuden, debes entender que no puedes sola. Perder un hijo.. Dios! Debe ser el dolor más grande que una mujer pueda afrontar — la interrumpo.

— Señora.. — me frunce el ceño — Sharon, por favor déjeme ir. Mi hermano está en peligro y necesito hacer algo urgente, no puedo soportar otra muerte de la única familia que me queda. Esta vez no lo haré sola, por favor, déjeme ir — ella me mira y sin dejar pasar tanto tiempo, me abraza y me suelta.

Mr.InsolenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora