Capitulo 5

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Al final resultó pude dormir sin preocupaciones. De hecho, podría incluso haberle dado la bienvenida a una montaña rusa.

Fui asignada a la tienda de regalos Hansel y Gretel, también conocido como H&G, o como estaba empezando a pensarlo: el infierno y el dios terrible. Porque, por supuesto, dado que se trataba de un parque temático, el tema es la palabra operativa aquí, yo estaba programada para aparecerme en el puesto para la repartición a las dos en punto. Y no tenía que pedir cual sería mi disfraz.

-Por lo menos la tienda de regalos cuenta con aire acondicionado -dijo Jordan, revolviendo sus papas fritas con salsa de tomate-. Quiero decir, yo voy a estar de pie bajo el sol caliente todo el día diciendo: "Por favor, salga por la derecha. Cuidado con el escalón." ¿Puedes creer que me dieron un guión para esto?

Les habían dado a todos una lista de cosas que decir y no decir. Normas y reglamentos a seguir.

Nos habían dado una misión, un propósito, y una charla entusiasta.

Luego caminamos a través de todo el parque, mientras un hombre muy enérgico llamado Bill (Waterloo, Ontario) nos revelaba su historia.

Para mí, lo más fascinante de todos los paseos eran los carruseles: sistema de tuberías originales, caballos de madera originales, restaurados por artesanos. De hecho había tres carruseles en el parque, y deseaba que me hubieran asignado uno a mí. Aquellos que se hacían cargo de los paseos usaban pantalones cortos, camisetas rojas, calcetines blancos, zapatos tenis y gorras rojas de béisbol. Podían llevar el cabello como quisieran. ¿Yo? Iba a tener que usar trenzas a cada lado de mi cabeza. Estaba pensando seriamente en hacerme un corte de cabello importante.

A lo largo del recorrido, Ross se mantuvo pegado a Jordan como papel pegajoso, pero no de una manera abiertamente romántica. Se dieron cuenta que estaban en el trabajo y no en una cita, pero aun así me hacía extrañar a Nick aún más el hecho de verlos juntos.

El parque estaba abierto pero aún no estaba lleno, dado que la "temporada" no había empezado oficialmente.

Cuando el recorrido terminó, nos fuimos a almorzar. Ahora los tres estábamos sentados en una mesa en el área del patio de comidas del parque temático.

-Entonces, ¿qué vamos a hacer esta tarde? -preguntó Ross.

-¿Quieren ir a navegar? -preguntó Jordan.

Él sonrió.

-Seguro.

Jordan me miró.

-¿Quieres venir con nosotros?

-¿Tienes un bote? -pregunté.

Ella se echó a reír tímidamente.

-No. Por el lago hay caminos donde los rentan.

-Me encantaría pero necesito ir por mi vestuario.

-Oh, de acuerdo. Gretel. Me pregunto cuánto tiempo tardará.

Sacudí mi cabeza.

-No tengo idea, pero dado que todo el mundo irá esta tarde -arrugué la nariz-, probablemente no deberías esperarme.

-De acuerdo, pero déjame darte mi número de teléfono en caso de que salgas rápido. Siempre podemos regresar por ti.

Eso fue muy agradable. Mientras intercambiábamos números, pensaba que tal vez las cosas podrían funcionar con mi nueva compañera después de todo.

****

Me paré en frente del espejo con el vestuario, luchando contra el fuerte deseo de quitármelo. Mi traje tenía una blusa blanca de manga corta, una falda corta color negro con un barbero que llegaba hasta la parte delantera y unos tiradores por encima de los hombros cruzadas en la espalda. Oh, sí. Y calcetines blancos hasta la rodilla y zapatos negros.

Thrill RideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora