Capitulo 23

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Era extraño ver mi e-mail y no encontrar un mensaje diario de Nick. No encontrar ningún chiste tonto o las caricaturas que me enviaba. No llamar a Nick antes de irme a la cama. El no tenerlo llamándome por la mañana. Limpiar las estanterías de H&G y no escoger pequeñas cosas para enviarle a Nick. Nada de postales, ningún “deseo que estés aquí”. Era sólo un lugar vacío en mi vida.

¿Cómo podía echarlo de menos ahora más de lo que lo hacía antes? Aunque no estaba muy segura de que echaba de menos a Nick. Era más bien como una ausencia en mi vida, la ausencia de un hábito, de cosas que esperaba. Y me pregunté, ¿realmente había amado a Nick, o me había encantado la idea de estar enamorada? De tener a alguien con quien salir, alguien a quien escribirle correos, alguien a quien escribirle mensajes de texto, alguien a quien dejarle mensajes de voz, alguien a quien llamar.

Habían pasado dos días. ¿No debería estar de vuelta a la pista para ahora?

Parker me había acompañado hasta el dormitorio después de mi turno. Había casi llevado a cabo una conversación unilateral, contándome historias divertidas sobre diferentes personas que habían montado la montaña rusa esa tarde mientras él había trabajado. Sonreí pero había sido un reflejo automático, tratando de no ser una decepción.

Me preguntó si quería ver una película de medianoche en alguna parte. Dije que no.

¿Si quería ir a buscar algo de comer? No.

¿Pasar el rato en su lugar? No.

Se había alejado de mí con la cabeza inclinada y sus manos metidas en los bolsillos de enfrente de sus pantalones. Y me entraron ganas de llorar porque dije que no sólo porque quería decir que sí con tantas ganas.

Estaba atormentada por la culpa. Culpa porque quería estar con él, tal vez siempre había querido estar con él y ahora me sentía culpable porque había lastimado a Nick. Eso no tenía ningún sentido.

Fui a mi habitación. Jordan no había regresado todavía, así que apagué la luz y me acosté en mi cama en la oscuridad, forzándome a no escribirle un e-mail a Nick. Tal vez podría enviarle un e-mail como una amiga.

Se oyó un golpe en la puerta. Lo ignoré. Llegó de nuevo. Me levanté, encendí la luz y abrí la puerta.

—¡Fiesta de Rescate! —gritó Zoe.

Estaba allí de pie con Jordan, Lisa, Alisha y un par de otras chicas que vivían en el pasillo. Todas ellas tenían puesto trajes de baño.

—¿Qué? —dije.

—Fiesta de Rescate —repitió Zoe—. Escuché que terminaste con tu novio, cariño. Y estás toda abatida. No puedo soportar eso. Ponte tu traje de baño. Nos vamos a la piscina. 

—La piscina cierra a las diez.

—Sólo para los insignificantes. Vamos, nada como un baño nocturno con los amigos para llevarte de vuelta a la pista. —Era una locura. Todo el mundo entró en la sala y tuve ese horrible miedo que iban a verme mientras me vestía.

—Vamos, Megan —dijo Jordan, mientras abría un cajón de mi tocador y escrudiñaba alrededor. Me tiró el traje de baño—. Va a ser divertido.

—Todas están locas —dije, riendo.

Pero aun así fui al baño y me cambié. Podía escuchar a las demás riendo y hablando al otro lado de la puerta. Cuando entré a la habitación, me estaban esperando. Y por una vez fui feliz. ¿El hacer cosas con la gente no fue una de las razones por las que no había vuelto a casa con Nick? Por lo tanto, era totalmente estúpido estar abatida por ello.

Thrill RideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora