Thrill Ride

Capitulo 20.

Quería besar a Nick. Quiero decir, de verdad, de verdad quería besarlo. No me había dado cuenta exactamente de cuanto lo extrañé hasta que nos estábamos abrazando. Se sentía tan bien, tan familiar, tan de la forma en que debería ser.

Pero una multitud de gente aún seguía caminando hacia el dormitorio, y Parker aún estaba de ahí de pie mirándonos. Me sentí cohibida y avergonzada. Y aliviada, feliz y cansada.

Liquidada.

Di un paso fuera del abrazo de Nick.

—No puedo creer que estés aquí. Quiero decir, estaré en casa en menos de dos semanas.

Él se encogió de hombros.

—No podía esperar, Megan, pero solo puedo quedarme por un par de días.Luego tendré que volver a Hart’s.

—¿Dónde te estas quedando? —pregunté.

—No había pensado en eso a largo plazo. Necesito dinero para la gasolina para poder regresar a casa, así que supongo que dormiré en mi coche.

—¿Harías eso por mí? —le pregunté, sintiéndome culpable por no extrañarlo más, por no intentar conducir a casa para verlo. Por supuesto, el no tener un coche también podría contar en esa decisión.

—Puedes quedarte conmigo. —Le ofreció Parker.

Las alarmas sonaron en mi cabeza. De ninguna manera los quería a ellos comparando notas. No es que hubiera realmente algo que comparar. Tampoco quería que se miraran, lo cual era más o menos lo que ahora estaban haciendo, mirándose el uno al otro de la forma en que dos perros lo hacían antes de decidir quién le quitaría el hueso al otro.

—De nuevo, ¿quién eres, hombre? —preguntó Nick finalmente.

—El hermano de su compañera de cuarto. Megan es como mi segunda hermana menor. Sólo la cuido como lo hago con Jordan. Tengo una casa por el camino con un sofá que puedes usar. Si decides que quieres el sofá, pídele la dirección a Megan. Dejaré la puerta abierta. Nos vemos.

Sólo así, Parker se fue.

—Nos vemos Parker. ¡Gracias! —grité detrás de él.

Él sacudió una mano en el aire sin mirar atrás.

—¿Por qué estabas dándole las gracias? —preguntó Nick.

—Por ofrecerte un lugar para dormir, por acompañarme a casa en la noche —me encogí de hombros—. Por nada en particular —por todo en general—No puedo creer que de verdad estés aquí.

Habíamos estado de pie en la acera el tiempo suficiente como para ver que ya no había tanta gente alrededor. Se veía como si estuviera avergonzado o se sintiera incómodo. Como si quizás también se acabara de dar cuenta que estaba aquí.

—Te extrañé, Megan —dijo.

—Así que solo te metiste en el coche...

—Sip. Y conduje, después de cuadrar algunos días de descanso. Conduje sin parar.

Territorio que ya habíamos cubierto, pero me hacía sentir especial y amada. Ya no estábamos alejados. Estábamos justo frente a frente. ¡Empezaban mis días sin Falta de Nick!

Arrojé mis brazos a su alrededor y lo besé. Por supuesto, él me devolvió el beso. Se sentía correcto. Se sentía bien.

Codujo todo el camino desde Texas solo para verme por algunos días. ¿Cuán agradable era eso?