Capitulo 5

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Alec

Mi día había empezado bien hasta que a Magnus se le ocurrió pasar por mí, lo cual tuve que aceptar porque ya era tarde y dudaba que llegara un autobús lo suficientemente rápido, me había subido al coche de malagana pero después de un rato me fui relajando hasta que llegamos a la escuela, donde apenas salí del auto todo mundo se me quedo viendo y empeoro cuando Magnus también salió, vi como unos se empezaron a reír y susurrar cosas e inconscientemente ya estaba casi corriendo hacia la biblioteca; entre a la biblioteca y me fui a esconder a mi rincón de siempre, me recargue en la pared y me deje caer hasta el suelo, a estas horas no había nadie aquí así que podría quedarme sin problemas por lo menos hasta la tercera hora, no quería ver a nadie, ya era suficiente con lo que antes me decían como para aguantar más.

En el tiempo que estuve ahí termine el nuevo libro que había tomado y lo deje en su lugar antes de irme a la tercera clase, en receso regresaría por otro; en el camino por supuesto no me libre de las risas o de los susurros por más que trate de ignorarlos, llegue hasta mi casillero y lo abrí queriéndome esconder dentro.

-Aquí estas- oí la voz de alivio de Magnus a lado de mi

-Vete- le dije de malas

-Alexander no tienes por qué...

-Dije que te vayas

Tome mis cosas y me fui a mi salón donde las cosas no fueron para nada mejor, me senté en mi lugar hasta atrás y me acosté en mi banca hasta que entro el profesor, sentí como me estaban aventando bolas de papel pero simplemente los ignore o eso hasta que me hartaron por completo y se los regrese, pero para mí mala suerte me alcanzo a ver el profesor.

-¡Sr. Lightwood!- me grito e inmediatamente trate de hacerme chiquito en mi asiento

-Ellos empezaron a lanzármelas- me excuse y escuche las risas de los que habían empezado

-Recoja sus cosas y se va a la dirección

-Pero...

-¡Nada!- me grito

Sin responder tome todas mis cosas y salí del salón comenzando a caminar hacia la dirección pero al darme cuenta de que el profesor no venía tras de mi decidí mejor irme a otro lado, por suerte no me tocaba clases con ese maestro hasta la semana que viene, donde no me encontraran y el único lugar así que encontré fue debajo de las gradas, no era muy agradable que digamos pero aun así ahí me quede mientras jugaba con el pasto, no llevaba ni dos semanas aquí y todo ya era un completo desastre, el fin de semana había pensado en salirme de la escuela aunque solo llevara una semana, pero ya no puedo perder otro año de estudios, así que tendré que aguantar y seguir aquí.

Alcance a oír el timbre de receso así que me levante y me fui lo más rápido que pude para irme a la biblioteca, llegue y fui a buscar un libro nuevo para después irme a sentar a mi rincón, no pase por nada de comer, no tenía mucha hambre pero si me serviría de algo comer un poco, ya lo haría llegando a mi casa, a veces me sorprendía no desmayarme los días que no comía pero en fin supongo que después de un año ya estoy acostumbrado.

Cuando oí el timbre me fui a mi salón y me senté en mi lugar, por suerte en las ultimas clases no me molesto nadie y lo agradecía bastante, ya no tenía las fuerzas suficientes como para pelearme con alguien, la ultima hora la tuvimos libre pues el maestro no fue así que me dirigí a las gradas donde estuve en la mañana, me senté a leer un rato, alcazaba a oír a los que estaban en clase de deportes, este era un buen escondite donde podría saltarme esa clase, aunque claro dudo que sea buena idea pues el profesor se ve que es capaz de matar a alguien por saltarse su clase, preferiría mejor no arriesgarme.

El chico fugitivo (malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora