Alec
Hoy era mi primer día en la nueva escuela, me había levantado demasiado temprano, a veces soñaba con todas las cosas que me dijeron ese día y me levantaba sin ánimos de hacer nada y hoy era uno de esos días, me bañe con calma y me vestí con unos jeans, una playera negra y uno de mis suéteres desgastados, no me importaba si me decían que parecía vagabundo o algo parecido así me sentía cómodo además sé que pasaba desapercibido para los demás y eso era mejor para mí, ya no quería atención sobre mí, ya no quería a nadie cerca, ya no quería que me hirieran.
Guarde tres cuadernos en mi mochila junto con mi estuche y tome las llaves para salir de ahí, fui a la parada de autobús más cercana y lo tome para ir directo a la escuela, me dejo a dos calles así que comencé a caminar, cuando llegue casi no había nadie y no me sorprendía apenas eran siete y veinte y las clases empezaban hasta las ocho; me dirigí hasta la dirección a recoger mi horario y el número de mi casillero, una vez me lo dieron me fui al edificio donde eran mis clases, ya había bastantes personas, así que me fui caminando pegado a la orilla para que nadie me viera y por suerte fue así, abrí mi casillero y metí mis cosas sacando solo un cuaderno y mis plumas para irme a mi salón.
Entre y me fui a sentar hasta atrás en un rincón, con suerte ahí nadie me vería, vi entrar a cada uno de los de ahí, lo inteligentes, los populares, lo que no pertenecen a ningún grupo, en fin todo tipo de alumnos; por suerte el maestro pareció no notar mi presencia así que me ahorre lo de la presentación, honestamente tenía miedo que alguien me reconociera y que dijeran algo.
Las primeras clases no fueron tan malas como pensaba, ningún maestro noto mi presencia y si lo hizo simplemente me ignoro y lo agradecía bastante, ahora estaba en un rincón de la biblioteca de la escuela, era la hora de receso, solamente había ido rápido por un sándwich y un jugo, y me había venido para aca, era un lugar tranquilo donde en estos momento no había nada de gente y mejor para mí, incluso la encargada de la biblioteca había salido a comer así que estaba prácticamente solo o eso pensaba hasta que oí un ruido, me levante en silencio dejando todo en el suelo y fui lo más silencioso que podía a buscar el origen del ruido; llegue hasta los últimos estantes y pude ver a una pareja besándose o más bien tragándose.
-Camille alguien puede entrar- oí como se quejó el chico
-Vamos Magnus nadie viene por aquí en receso- le respondió la chica
-Bien tú ganas
Se fueron hasta el fondo del pasillo de esos estantes y yo me regrese a donde estaba, tome mis cosas y salí de ahí, no quería quedarme a oír su espectáculo, termine mi comida debajo de las escaleras y guarde el libro en mi casillero, lo regresaría en cuanto terminara de leerlo, tome otro cuaderno y me fui al salón, para mi mala suerte el único lugar que quedaba libre era hasta adelante, me senté y me puse a hacer garabatos en mi cuaderno esperando que no me notaran, como a los cinco minutos entro la maestra, no tendría más de cuarenta y tenía el cabello rojo.
-Bien chicos vamos a empezar- dijo y después dirigió su mirada hacia a mi así que me encogí mas en mi asiento- parece que tenemos un alumno nuevo, por favor pasa a presentarte
Lance una maldición en voz baja y me puse de pie para ir al frente, la maestra se hizo a un lado y yo me pare donde ella había estado, sentía todas las miradas sobre mí y me dieron unas enormes ganas de salir corriendo.
-Bien dinos tu nombre completo y tu edad
-Alexander Lightwood- dije en voz baja y pude ver su cara de molestia
-Más fuerte
-Mi nombre...- tome aire antes de continuar- es Alexander Lightwood y tengo 18 años
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El chico fugitivo (malec)
RomansAlexander Lightwood es un chico que por alguna razón que no sabe todos sus amigos lo dejaron solo lo que lo hizo escaparse de su casa para alejarse de todos y tratar de iniciar una nueva vida , pero claro que no sera nada fácil, por lo menos hasta...