Capitulo 18

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Alec

Todos los días que estuve en mi casa Magnus había ido a verme, lunes y martes después de la escuela y el fin de semana se la paso todo el tiempo conmigo pero ahora ya tenía que ir a la escuela, estaba nervioso como si fuera mi primer día pero debía tranquilizarme, le había pedido que por lo mientras no dijera nada de nosotros, todavía no me sentía listo para más insultos, aunque bueno sabía que Magnus me defendería pero aun así; ya me había cambiado y había desayunando, solo faltaba que arreglara mi mochila para irme y una vez la tuve baje para encontrármelo ahí recargado en su auto.

-Buenos días- me saludo y me acerque

-Buenos días- voltee a ver hacia todos lados antes de acercarme a darle un pequeño beso- ¿Cómo estás?

-¿No se supone que yo tendría que preguntarte eso?- me pregunto riendo- pero bueno, estoy bien gracias, ¿nos vamos?

Después de meter nuestras cosas a la cajuela nos subimos para irnos a la escuela, el camino ya no era silencioso como antes, ahora nos poníamos a platicar de cualquier cosa y realmente era divertido, creo que ya me estaba acostumbrando a esto y de verdad me gustaba, me gustaba la sensación de enorme felicidad que sentía cada que él sonreía, la revolución en mi estómago cada que me abrazaba o simplemente me tomaba de la mano, ¿desde cuando yo era así de cursi?

-Bueno llegamos- apago el auto y después se giró hacia mí- ¿te veo en la biblioteca en el descanso?

-Si, sabes que si

Me acaricio la mejilla antes de que se acercara a besarme, por suerte casi nadie prestaba atención al interior de los autos, el beso duro lo suficiente como para estar sin él hasta el descanso, una vez me soltó salimos para el edificio, me acompaño como siempre por mis cosas y después me llevo a mi salón, sentí como todos me estaban viendo y me trate de encoger en mi asiento, ¿Qué a acaso a todos a los que se desmayaban se les quedaban viendo como bichos raros?, parece que si, por suerte dejaron de hacerlo en cuanto entro el maestro, y bueno así fueron todas las clases hasta que pude escapar de ahí e irme a la biblioteca y me senté en mi rincón a esperarlo.

-Perdón por la tardanza, había mucha gente en la cafetería- se excusó sentándose a mi lado

-No te preocupes- le deje un beso en la mejilla y después tome uno de los sándwiches

-¿Cómo ha estado tu día?

-Pues, todos se me quedan viendo como si fuera un bicho raro

-Pero sabes que no lo eres, ¿cierto Alexander?

-Emm... si lo se

-Alec...- me voltee a verlo y forcé una sonrisa- no lo eres

-Tú lo dices porque...- era la primera vez en estos días que lo decía en voz alta- porque eres mi novio

-Me gusta cómo suena eso

Me puse a jugar con la bolsa del sándwich, era avergonzó decir eso en voz alta por lo menos para mí, sentí como me jalo la barbilla antes de que mis labios chocaran con los suyos, enserio deseaba que esto no fuera un sueño cruel, me aleje de él y trate de olvidar eso.

-¿Pasa algo?

-Amm, no, no es nada

-Alexander, sabes que puedes confiar en mí

-Lo se

Y enserio lo sabía pero todavía no quería abrirme por completo con él, no quería arriesgarme, digo ya había dado un paso bastante grande como para hacer una tontería como contarle toda mi vida, ¿y qué tal si solo estaba conmigo por eso?, ¿Qué iba a pasar si le decía todo y después se iba con los demás a burlarse?, creo que esto había sido una mala idea.

El chico fugitivo (malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora