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El lunes por la mañana desperté más temprano de lo que debía por dormir toda la tarde del domingo. Me quedé durante un largo rato metida en mi cama, cambiando de posición una y otra vez con tal de no levantarme.

Finalmente mi alarma sonó. Estire mi brazo fuera de las sábanas para tomar mi celular y apagar la alarma. Estuve unos minutos observando mis redes sociales y finalmente decidí levantarme.

Me acerque a mi baño para poder cepillar los dientes, maquillarme, arreglar mi cabello y lo más importante: hacer pis. Luego estuve media hora observando mi closet y decidir que podría vestir hoy. Ir a una escuela pública que no tenia uniforme era difícil (en lo personal). Es decir, ¿Elegir ropa nueva todos los días? No era muy agradable.

Baje las escaleras para dirigirme hacia la cocina ya cambiada, donde nuestra cocinera y ex niñera desde que Bryce y yo éramos pequeños se encontraba preparando el desayuno. Mi padre ya se había ido más temprano a su trabajo, mientras que mi madre se encontraba con su telefono en el oído, mientras con su mano libre acomodaba unos papeles dentro del maletín de su trabajo. Cuando me vio se acercó y me dejo la marca de su labial al besar mi frente. Mientras hablaba, tocaba mi cabello para acomodarlo.

—... no, he dicho que pases la reunión para las once —dijo mientras volvía a su maletín. Llevo su mano a su frente, subió el mentón y suspiró, eso hacia cuando se enojaba.

—¿Desayuno? —me interrumpe Alyssa. Me me gire y asentí, por lo que comenzó a servir el desayuno en mi plato vacío y dejarme también un jugo de naranja. Me acerque a la mesa y dejé mi bolso colgado en el respaldo de la silla, y me dispuse a desayunar.

—Bien, me alegro que ahora hayas podido hacer tu trabajo —dijo y finalmente colgó el teléfono —. Me encanta tu ropa, cariño —dice y ahora se dirige a Alyssa—. Alyssa, hoy tendremos unos invitados para cenar, así que... Prepara algo bonito, ¿Sí? Y luego encarga algún postre te dejaré una de mis tarjetas.

—Si señora —responde Alyssa.

—Oh vamos, no me gusta el término señora —dice riendo. Mi madre era una mujer muy guapa, rubia, alta delgada y posiblemente haya sido de las populares en su secundaria. Ella y mi padre se conocieron en la universidad y se casaron rápidamente. Habían hecho su fortuna y decidieron tener dos hijos. Su vida era algo así como perfecta. Mi madre saca su billetera, le entrega a Alyssa una tarjeta y se la guarda nuevamente —Ponte linda esta noche, cariño. Nos vemos —me saluda. Finalmente mi madre sale de la cocina y se escucha luego la puerta cerrarse.

Bryce se levantó unos minutos después, tomo un poco de el desayuno que preparó Alyssa y se dirigió a la casa de la piscina rápidamente. Como aún faltaba para la hora de irme, comencé a subir fotos a Instagram.


 Como aún faltaba para la hora de irme, comencé a subir fotos a Instagram

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CamilleWalker de nuevo a la cárcel.

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Game Over - Zach DempseyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora