Marco rápidamente su número, y espero con poca paciencia a que me atendiera. Ya no había vuelta atrás, no desde que llegué aquí y por supuesto, no desde que comencé a llamarlo.
—¿Hola?—contesta con la voz ronca luego de varios pitidos. Por un segundo suspiro de alivio al saber que al menos no había venido en vano.
—Estoy en la puerta de tu casa, y sé que apenas son las nueve de la mañana pero...—quiero seguir parloteando, pero él me interrumpe.
—Ya te abro—dice.
Espero pacientemente. Mientras lo hago aprovecho el tiempo extra para pagar al conductor de uber que había venido a buscarme, dejándole además cinco estrellas porque no ha hecho preguntas incómodas en el viaje sobre el clima. Incluso baja del auto para ayudarme a caminar con la muleta hasta apoyarme en la entrada de la casa de Zach.
Pocos minutos más tarde, se abre la puerta de entrada de la casa dejando ver a un Zach con aspecto cansado. Aparentemente recién se había despertado, y sí, lo entendía, era sábado y anoche habíamos tenido una fiesta hasta tarde. Llevaba puesta una camiseta gris de pijama, y unos pantalones cortos de adidas en color negro.
—¿Sucede algo?—dice mientras se acerca caminando hacia mí. Él me extiende su mano, así que yo tomo la muleta nuevamente con mi mano libre y me pongo de pie. Zach me toma de la cintura al ponerme de pie, y se muestra realmente atento a mi equilibrio.
—Necesitamos hablar—le digo, algo nerviosa.
—Estoy de acuerdo—me responde, y ambos caminamos lentamente en silencio hacia dentro de su casa. Por todo el camino me lleva de la cintura, pues la entrada de su casa posee algunos escalones grandes antes de llegar a la puerta—. Mi madre está trabajando, y May sigue durmiendo así que podemos hablar tranquilos.
Una vez que entramos, Zach cierra la puerta y yo me dirijo al sofá de la sala. Apoyo mi muleta al costado con cuidado para que no se cayera, y lo espero. Él en cambio se dirige a la cocina, puedo ver todo lo que hace por el concepto abierto en el cual está construída la casa. Tras pocos minutos, Zach se acerca con dos vasos que llenó de jugo de naranja.
—Supuse que querrías—me explica, cuando me alcanza el vaso. Él se sienta a mi lado, y bebe del suyo.
—Gracias—le digo, y bebo un poco aunque mi estómago se sienta cerrado.
—Y bien—dice él, observándome de manera atenta y dejando el vaso en la mesa ratona frente al sofá—. ¿Qué haces tan temprano aquí? Creí que ya no me hablarías más, después de lo de anoche.
—Mira, la verdad es que no sé muy bien por qué vine o qué es lo que quiero hablar—digo y hago una pausa, mientras él me escucha atentamente—. Es que te odio, Zach.
—De acuerdo—murmura él, frunciendo el ceño—. ¿Por qué estás aquí si me odias?
—Siempre quise saber por qué nunca peleaste por mí, ni cuando te dejé ni cuando me confesaste que querías recuperarme. ¿Por qué nunca quisiste arriesgarlo todo por mí?
—Porque soy un estúpido. Mills, estabas realmente furiosa y dolida, no sabía ni qué hacer para que te sintieras mejor y luego de que me dejaste no creí que lo nuestro tuviera solución.
—Sí, fuiste bastante estúpido—río.
—Lo sé—admite, con una sonrisa de lado. No puedo continuar con esto, desde que Monty me ha hecho esa pregunta lo he estado evadiendo. Apenas pude conciliar el sueño, y lo primero que hice fue querer ver a Zach.
—Monty es maravilloso conmigo—puedo articular y las palabras ya no quieren salir. Mi cabeza está a punto de explotar, y la verdad es que sentía ganas de vomitar por los nervios que invadían mi estómago.
ESTÁS LEYENDO
Game Over - Zach Dempsey
FanfictionCamille Walker lo tenia todo a los ojos de los estudiantes de Liberty High: una familia adinerada y famosa, un hermano envidiable y un novio atleta perfecto. Sin embargo los estudiantes de Liberty jamás notaron una cosa: Camille Walker tenia una vi...