Game Over - Zach Dempsey

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Cinco horas antes.

Jess se reunió conmigo, a propósito, para armar parejas en un nuevo proyecto de Ciencias. La morena realmente me tomó por sorpresa, los últimos diez minutos de la clase se estuvo poniendo al día conmigo sobre su vida, sobre Justin y su nuevo grupo de feministas. Pronto, intentó convencerme de hacer una manifestación en el partido, aunque no me dio detalle de nada puesto que en clase no podíamos hablar de manera privada.

—La manifestación será épica, sé que no hemos estado tan unidas. La verdad es que después de lo de Hannah ha sido raro hablar, pero todavía te sigo considerando mi amiga y quisiera que te unas a nosotras —me habla en voz baja, mientras finge escribir en su cuaderno 

—Jess, soy la hermana de Bryce. ¿De verdad crees que pueda estar ahí? —le pregunto extrañada, por más que no sepa que Bryce y yo tenemos una relación casi normal de hermanos, me parecía raro que quisiera invitarme.

—Tú no eres Bryce, deja de culparte a ti misma por los errores de otros. De verdad te quiero ahí, Camille —me pide con tono de súplica.

—¿Qué tengo que hacer? —le digo tras unos segundos de suspenso mientras Jessica me observaba con expresión de cachorro abandonado. En cuanto le respondo me sonríe complacida, había obtenido lo que quería.

—Ven una hora antes, nos quedaremos preparando todo para el partido —me responde, comenzando a guardar sus cuadernos de la última clase —. ¿Has hablado con Tyler últimamente, no?

—Sí, tomé los turnos tuyos y de Álex, de nada —le digo en broma.

—Sí, siento eso. Estuve bastante ocupada preparando todo esto, pero Tyler se queda a veces a las charlas que hacemos —me dice, y era verdad. Él ya me había contado que las charlas le hacían mejor —. ¿Pudiste hablar algo con él?

—Claro, pero fue bastante complicado todo lo que pasó. Me pidió que fuera privado, estoy trabajando en eso.

—De verdad me siento mal por haber temido de él, la verdad que en las charlas se queda muy callado. Casi ni habla, nunca lo había visto así Mille —me dice con verdadera preocupación. Yo asiento, la verdad es que jamás me hubiera imaginado que pasara por algo así como lo que me contó, pero entendía que debía ser algo grave para intentar hacer lo que hizo.

—Yo tampoco, algo grave le ha pasado —le cuento, sin querer dar detalles.

—¿Te dijo exactamente qué? —pregunta curiosa.

—Sí, pero él no está listo para hablar de eso. Le prometí que lo ayudaría, todavía estoy buscando la forma de hacerlo.

—¿Ves que sí eres una buena persona? —me dice dándome un abrazo, mientras al sonar la campana comienza a juntar sus cuadernos —. Mereces venir hoy a protestar, salúdame a Zach.

—Claro, lo haré.