1

322 12 1
                                    


Si bien nuestra amistad tuvo altibajos, Jessica me llamó para ayudarla en casa de Clay y pensé que sería una buena oportunidad para no dejar que esa amistad muriera.

Clay de verdad me importaba, y no quería que me odie solo por una cosa. No podía permitir eso, al menos intentaría que las cosas funcionen. Lo extrañaba como amigo, y sabía por la escuela que él no se encontraba bien. Debía intentar ayudarlo.

Y, no solo eso, Justin volvía a casa.

Era un poco raro volver a pasar el rato todos juntos. Tras una limpieza por parte mía y de Jess en la habitación de depresión de Clay, los demás comenzaron a venir. 

—Tony, parece que han pasado siglos —le digo saludándolo.

—Parece raro cuando nos reunimos y no hay ninguna tragedia —saluda el moreno. 

A los pocos minutos Alex llega junto a Charlie. La realidad es que no conocía muy bien a Charlie, y las cosas con Alex no eran del todo cómodas, así que mayormente hablé con Tony. Jess de vez en cuando hablaba sobre ciertas cosas con nosotros, pero estaba muy ocupada con la decoración perfecta.

—Ahí viene, ¡Debajo del letrero, carajo! —nos pide Jess con intensidad.

—Tranquila, niña —le advierto con una risa. La morena se acerca para abrazarme y posar pero en cuanto la puerta se abre sólo se visualiza a Clay y a Tyler.

—Carajo, ¿dónde demonios está el pastel? —reclama ella, pero se notaba que ambos chicos estaban del todo distraídos. No sabíamos qué sucedía.

—Diablos, lo... lo iré a recoger ahora —responde Clay, mientras Tyler se acerca para saludar a todos.

—No importa, ya es tarde y Justin debe estar por llegar —interrumpo—. Clay, ¿crees que podemos hablar?

—Mira, Mille, todo está bien entre nosotros. Hay demasiadas cosas ahora en mi cabeza para hablar contigo, lo lamento.

—Está bien, no pasa nada —le digo, pero él ya se había alejado de mí para sentarse sólo frente a la mesa en medio de la sala. Ésta estaba llena de snacks de diferentes tipos, platos y vasos de plástico que Jess comprpo y bebidas sin alcohol.

Tras pocos minutos sintiéndome incómoda puesto que no hablaba con nadie, se escucha una frenada de auto fuera de la habitación. Jess pronto abre sus ojos por demás y nos vuelve a incitar al abrazo.

—¡Bienvenido! —gritamos todos en cuanto se abre la puerta, pero la desilusión se hace sonora puesto que sólo entra Zach junto a Jeff a la habitación.

—¡Muchas gracias! Qué cálida bienvenida —dice con una sonrisa de oreja a oreja. Jeff por su parte se disculpa en silencio mientras se acerca para saludar a todos, no parecía tan animado como su acompañante.

—Zach, llegas tarde —se queja Jess, que es básicamente lo que estuvo haciendo toda la tarde. Sin embargo, la entendía, Justin y ella apenas estaban poniéndose de acuerdo cuando él decidió volver a rehabilitación por consumir nuevamente.

—Sí, lo sé lo siento —se disculpa y vuelve a reír tontamente, mientras se acerca a mí para darme un beso en los labios y tocarme el trasero. Quito su mano rápidamente puesto que, si bien mis amigos no eran puritanos, no estaba de humor y no era el momento apropiado.

—¿Estás ebrio? ¿En una fiesta para una persona sobria? —me quejo, y Jess asiente dándome la razón.

—Sólo hice una... pequeña previa.

—¿Por qué tomaste, Zach? Apenas es horario de almuerzo.

—No es nada, ¿cómo estás? —me dice dándome un repentino beso en los labios nuevamente, para luego alejarse hacia la mesa—. ¡Galletas!

Game Over - Zach DempseyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora