—Anya, créeme cuando te digo, que te ves perfecta así.
—Me dijiste lo mismo con los otros cuatro vestidos que me probé— me volteo con los brazos en jarra y veo con desaprobación a mi mejor amigo.
—Pero éste es el indicado corazón, créeme— Andy se levanta y toma mi mano haciéndome girar en mi lugar. Paramos y vemos nuestro reflejo en el espejo de cuerpo completo. Mi amigo me abraza por la espalda y me sonríe—Te ves hermosa y vas a arrasar está noche. Claro después de mi obviamente ja.
—Que tonto eres— veo mi vestido corto de un lindo color rosa pálido combinado con unas zapatillas del mismo color y sonrió satisfecha— Tu tampoco te ves nada mal, eh.
Andy es un chico muy guapo, tiene un físico envidiable, que mantiene gracias a su amor a la comida sana y al ejercicio. Pero su mayor atractivo, son sus llamativos ojos verdes. Si no supiera que es gay y que es mi mejor amigo desde siempre, seria un buen partido para cualquier chica. Pero, como mucho gustos que compartimos, nos atraen los chicos y creo que gracias a eso nuestra relación es tan cercana.
Fui la primera a la que le dijo que era gay, aunque eso no me sorprendió y solo pude decirle “soy tu mejor amiga, ya eso lo sabia sin tu decírmelo”, también he sido de las pocas personas que lo ha aceptado tal y como es. Sus padres no tomaron muy bien la noticia de que su primogénito tuviera esa inclinación sexual y lo botaron de su casa apenas cumplió los dieciocho. Andy logro sobrellevar toda la situación y mantenerse por su cuenta y por eso lo admiro demasiado.
—Yo siempre me veo fabuloso, amiga— peina su rubia cabellera con sus manos y da una vuelta mostrando su atuendo que consiste en una chaqueta de jean con una camiseta blanca debajo y un pantalón tubo que le hace justicia a sus piernas. Quisiera tener tanta seguridad como el.
—Siempre con el autoestima tan baja— me burló y Andy suelta una carcajada.
—Deberías ser mas como yo y verás, como el bombón de Connor Coleman notará tu presencia.
—Si, cómo si eso llegara a pasar. Vine aquí con la ilusión de verlo más y me encuentro con que si veré a un Coleman, pero no al que quiero.
—Pero que buen premio de consolación, el tuyo. Al llegar no pude evitar darle una ojeada y esta como para comérselo. Lastima que no sea gay.
—¿Y como sabes que no lo es?— cuestiono y me tiro en la cama, seguida por Andy que hace lo mismo.
—Por cómo te miraba, Anya ¿Acaso no te haz dado cuenta?— se voltea y me mira como si fuera lo más obvio del mundo.
—¿Darme cuenta de que?— no quiero admitir que lo se.
—Le gustas, Anya. Es demasiado obvio— pongo los ojos en blanco y suelto un bufido.
—Si, claroo— no puedo evitar pensar en que eso es imposible, solo le divierte fastidiar a su niñera nueva o como me ve el, su nuevo juguete.
—Que terca eres, mujer— me da un beso en la frente y se levanta de la cama— ¿Preparada para la fiesta?
—Eso creo— respondo no muy segura de que sea una buena idea, ir a una fiesta con Luke Coleman.
—Pues andando, ya nuestro guapo acompañante debe de estar esperando— luego de darle una ultima revisada a mi aspecto, salimos al garaje y nos conseguimos a Luke recostado en una reluciente Jeep vino tinto con neumáticos de tacos. Lleva una camisa de vestir negra con las mangas dobladas hasta los codos y un jean un poco roto. Todo el conjunto le da un look casual y el cigarrillo que tiene en la boca (aunque no me guste el vicio) es la cereza del pastel. Se ve relajado y con un aire rebelde.
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Fugaz como el verano
Roman d'amourLa alegre Anya nunca imaginó que al aceptar ese empleo en la mansión Coleman estaba dando inicio al verano que cambiaría toda su vida; y la peor parte era que aunque no les gustara para lo cual fue contratada, no había vuelta atrás, necesitaba el d...