Capitulo 21☆

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—¿Quieres que te de un consejo, como tu mejor amigo? —Andy se sienta a mi lado y asiento en respuesta a su pregunta, poniendo toda mi atención en lo que dirá. No me vendría mal un consejo, el rubio a mi lado me toma de las manos y me da un pequeño apretón, es su forma de darme ánimo y se la agradezco— Dale la misma importancia que él te da a ti, no lo justifiques solo por sus trastornos emocionales, el orgullo no es una enfermedad y ahora mismo él está lleno de eso, Anya. Luke sabe que la cago contigo y tiene que darse cuenta, que sí sigue de orgulloso, va a perder todo lo que estaba empezando entre ustedes dos.

—Tengo que admitir que tienes razón, pero, me es difícil ignorarlo, lo veo todos los días, aunque no quiera, siempre me lo cruzo en algún pasillo o en la cocina ¿Cómo lo ignoro, si parecemos dos imanes? Y eso apartando todo el hecho de que mi trabajo es estar a su lado— suelto un sonoro suspiro y masajeo mi sien para ver si de esa forma puedo borrar mi memoria y quedar en blanco, aunque sea unos minutos— ¿Desde cuando mi vida se volvió tan complicada?

—Desde que conociste a los Coleman— yo lo pensé y Andy lo dijo, los Coleman le han dado un giro de 180 grados a mi vida, llenándola de secretos familiares que no me pertenecen, pero que me están afectando— Pero, creo que la han cambiado para bien, Annie. Antes tu vida era un poco aburrida y no digo que estudiar y pasar tus ratos libres con tus abuelos este mal, pero estabas encerrada en un burbuja perfecta y Luke te ha dado esa diversión que le hacia falta a tu vida ¿Qué sentido tiene ser adolescentes y no cometer errores? De eso se trata la vida, de enamorarse, de hacer locuras, de caerse y aprenderse a levantar, pero sin olvidarse de lo que es bueno y de lo que no lo es. Solo hay que saber tener un equilibrio.

—Eres el mejor dando consejos, gemelito— le doy un abrazo de oso a mi mejor amigo y este me lo devuelve y me da un beso en la frente. Andy es el hermano que nunca pedí, pero que la vida se encargo de poner en mi camino y siempre voy a estar agradecida de tenerlo a mi lado.

—Lo sé, doy los mejores consejos, pero no soy el mejor en seguirlos— levanto la mirada al notar el tono apagado de su voz y puedo observar la melancolía reflejada en sus finos rasgos. Me alejo un poco y esta vez soy yo la que le toma de las manos.

—¿Todo bien en tu corazoncito?

—Si todo bien, Annie. Ya sabes, lo mismo de siempre, no paso de la “friend zone” con Richie y todavía no supero que le guste a su ex novio, Thomas. El me dijo que no le importa y no me convence del todo. Sé que la gente piensa que los gays somos muy liberales, pero no es así, no me parece bien estar con el ex de la persona que me gusta desde hace tanto.

—¿Seguro que Richie no te ha dado ninguna señal de que le gustes?

—¡No! Y esos es lo que más me molesta, a veces tonteamos, pero solo juegos de amigos heteros, como si para él, yo fuese igual que su mejor amigo Lucas. Y para ponerle la cereza al pastel, Thomas me escribió anoche y no puedo negar que el tipo me atrae un poco ¿sabes? Es todo un bombón, con ese cabello negro y esos ojazos azules que se gasta y yo querida amiga mía, no soy de piedra. Y no dejo de pensar en que estaría traicionando a Richie, aunque no tengamos nada y ese es el dilema de mi vida.

—Y yo pensaba que mi vida era un drama.

—Pero esta bien, Anya. Porque mi vida fuese aburrida sin ese toque de drama, solo tengo que buscar la manera de lidiar con toda esta novela y créeme que tú también puedes ¡Vamos! levanta ese culo blanco de la cama y disfrutemos de esa enorme piscina que se gastan esos ricachones, aprovechemos que Luke no esta cerca y luego ponemos en marcha mi plan.

—¿Tu plan? — pregunto con demasiada curiosidad.

—Mi plan es este: Aprovechas que es lunes y usas tus días de descanso para estar con tus abuelos y Luke se dará cuenta de que te echa de menos al no verte cerca y así estarías matando dos pájaros de un solo tiro— Andy levanta dos dedos, luego forma una pistola imaginaria con ellos y simula un disparo, para después soplar como si fuese un vaquero del viejo oeste. 

Fugaz como el veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora