Luke Coleman
—¡Por Dios, Andy! No estoy durmiendo con Luke, solo hablamos porque...— Anya hace una pausa y me mira como buscando ayuda para explicar todo lo que paso esta noche— Bueno, digamos que no fue la mejor noche para él... Andy deja de ser tan pervertido jaja... Mañana me cuentas que fue lo que vieron tus ojos, no te entiendo nada. Ve directo a tu apartamento y no tomes más. Recuerda que todavía eres menor de edad para beber alcohol y no quiero que te metas en problemas, te quiero.
Anya cuelga la llamada y voltea los ojos, negando suavemente con la cabeza. Parece una mamá retando a su hijo adolescente y eso solo la hace ver tierna y maravillosa.
—Que afortunado es Andy por tenerte como amiga— digo llamando su atención. Ella solo sonríe y sacude su mano restándole importancia.
—¿Por qué lo dices?
—Porque te preocupas por el y te importa si algo malo le pasa. Se nota a simple vista, que son incondicionales el uno para el otro. Debe ser lindo tener un amigo así, por eso digo que Andy es un chico afortunado— explico, quito la cabeza de su regazo y me siento a su lado.
—Ambos somos afortunados, el siempre ha estado para mi y yo para el. Nos conocemos desde que tenemos memoria, somos hermanos de diferentes madres jaja, a veces no nos soportamos y peleamos, pero siempre puedo contar con él— asegura y veo un brillo especial en su mirada al hablar de su mejor amigo.
—Si no supiera que es tu mejor amigo y que soy más su tipo, sentiría celos— susurro rozando su mano, a lo que Anya da un pequeño salto en su lugar sorprendida. Puedo notar un ligero tono rosa en sus mejillas, que casi pasa desapercibido por la oscuridad de la noche, pero que se puede notar si pones la suficiente atención.
—Desde que te conozco he querido preguntarte algo— dice, y solo puedo sonreír por la rapidez con la que evade mi confesión.
—Pregunta lo que quieras, aunque creo que ya sabes más que muchos.
—La primera vez que te vi, hablabas con acento americano pero cuando discutías con Connor afuera de tu habitación y en otras ocasiones, he notado tu acento inglés.
—¡Así te quería agarrar, pequeña cotilla!— Anya se queda seria y me parto de la risa.
—No pude evitar escuchar, tus gritos se podían escuchar hasta la luna— explica y me saca la lengua como una niña pequeña. Y me sorprende el pensamiento de querer volver a probar esa linda lengua. Sacudo la cabeza y presto atención a lo que dice.
—En fin, se que eres de Inglaterra. Entonces ¿Por qué hablas con acento americano?
Suspiro, mirando al frente —Tengo que hablar con acento americano porque así lo quiso la madre de Connor, en su afán de que nadie descubra que no soy su hijo. Así que por eso hablo así. Si no se hace lo que quiere Marie Coleman ruedan las cabezas— todo eso lo digo con mi verdadero acento.
Anya se acerca a mi, me toma de las manos y ese gesto hace que me ponga nervioso. ¡Si! ¡Nervioso!
—¿Por qué tienes que hacer lo que ella quiera? Así no actuaría el Luke que conozco— me regala una sonrisa traviesa— Además me gusta tu acento inglés, es mas...
—¿Más que? Dime— la incitó a continuar.
—Olvídalo.
—Nada de eso, ahora me dices— me cruzó de brazos, como un chiquillo y Anya se ríe, con esa manera tan peculiar que tiene, un tanto cantarina, que es como música para mis oídos.
—Me parece más sexy— dice entre dientes, pero entiendo perfectamente lo que acaba de decir.
—¿Crees que soy sexy? ¡Wow, eso no me lo esperaba!— estoy que no me cabe la emoción en el pecho, dijo que le parezco sexy; eso quiere decir que le gusto. Choco los cinco con mi ego y hago una baile de victoria internamente.
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Fugaz como el verano
RomanceLa alegre Anya nunca imaginó que al aceptar ese empleo en la mansión Coleman estaba dando inicio al verano que cambiaría toda su vida; y la peor parte era que aunque no les gustara para lo cual fue contratada, no había vuelta atrás, necesitaba el d...