2 | Foto I

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Al despertar, el cielo estaba en calma y pudo escuchar al silencio danzar. A sus ciento siete años, aquel anciano de cabellos claros respiraba tranquilo y se decidió por subir hasta el punto más alto de aquel rascacielos. Ya era hora de partir. Con calma, tomó las sábanas, le echó al cesto de la ropa sucia y limpió las ventanas. Tomó su tanque de oxígeno. Se preparó un gran desayuno y permaneció sentado en la mesa hasta que el reloj marcara el mediodía. Se preguntaba si realmente hoy era el día. No titubeó más. Lavó los platos, barrió el suelo y dejó todo limpio antes de cerrar con candado la puerta de su apartamento. El elevador estaba descompuesto, pero eso no le cambiaría el humor el día de hoy. A paso lento, y con mucha paciencia, subió cada escalón hasta el último piso de aquel gran edificio. Abrió la puerta de madera y sintió, luego de mucho tiempo, la brisa de la tarde. Veía todo con mayor calma y claridad; entonces se quedó sentado hasta que la noche se decidió en visitarlo, adornada con algunos copos de nieve. Hace años que acabó la guerra, se dijo, y ahora puedo descansar en paz. Alzó la mirada, hizo a un lado su tanque de oxígeno, caminó varios pasos, sintiendo el viento golpear su centenario rostro, cerró sus ojos, y dejó su cuerpo caer. Cada ventana le mostraba el centro de momentos puntuales de su vida. Cada destello le recordaba una sonrisa distinta. En cada latido se adentraba más en su memoria y volvió al eterno momento en el que encontró el amor y la paz que la guerra había marchitado, y sonrió. Todos sus pensamientos, todas sus memorias, cada ocasión frustrante y momento de victoria se encontrarían grabadas en aquellos recuerdos preservando sus palabras. No muy lejos de allí, un pequeño niño salía de comprar un helado con su mamá; levantó la mirada y vio una estrella caer. Notaba cómo su luz aumentaba más y más, y unos instantes antes de llegar al suelo, escuchó un susurro, al mismo tiempo en que veía al pequeño destello desaparecer.

Eternas MemoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora