Capítulo 3.- El gran viaje comienza.

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Ya había pasado días, de esa conversación con su madre. Brooke se sentía más feliz, y su madre igual, por ver a su pequeña con una sonrisa. Tenía la esperanza de ganar esa beca de dibujo, y hacía en ella tener ganas de estudiar arquitectura, para cuando fuera grande.

Una sonrisa se le dibujo en los dientes; su abuela Matilde se dio cuenta de la sonrisa de la pequeña.

—¿Por qué esa sonrisa? Brooke — el silencio invadió el lugar, Brooke salió de su mundo de fantasía, mirando a su abuela Matilde—. ¿Por qué esa sonrisa, tan grande? ¿Podrías decirme?

—No se podría decir, abuela —respondió la pequeña con educación, se dio cuenta que su madre la miro con orgullo.

—¿Por qué no se podría decir jovencita? —preguntó su abuela, mientras las familias, miraban a Brooke y guardaban silencio.

—Porque no es asunto importante —su abuela la miró y se molestó.

La cena transcurrió de lo más normal, muy tranquila, menos para la mesa de los jóvenes, no les importaba incomodar, solo miraban con curiosidad y ella pudo notar, como su prima Isabel coqueteaba todo el tiempo con Felipe; Brooke recordó, la palabra de su madre y sonrió. Marta su abuela, le dijo a su esposo, que seguramente esta niñita tenía un novio pensó .. La sirvienta, entro y el silencio ocupo la sala. Solo entraba por algo importante.

—Señorita Brooke, tiene la llamada de un muchacho al teléfono — dijo la sirvienta, enseguida empezaron a susurrarse cosas, Marta su abuela, le dijo a los demás que era su novio, pero no era así.

Brooke miro a su madre, y le dio una señal, que fuera contestar. Quien seria, seguramente su hermano Fabián, hace tres años que no lo veía pero siempre hablaba con él. La sirvienta, le dijo que era un muchacho, porque nadie de la familia de Máximo y sirvientes conocían a Fabian; su hermano. Al llegar tomo el teléfono, escucho la vos de su Hermano.

—Hola mi pequeña ¿cómo has estado? —le preguntó su hermano.

—Bien ¿y tú? —respondió ella con una sonrisa, al escuchar su hermano.

—Muy bien y orgulloso

—¿Por qué? —preguntó Brooke con interés.

—Porque te has ganado la beca —dijo por el teléfono.

— ¡¿Cómo?! —preguntó pasmada ella con emoción. Brooke no se dio cuenta que Felipe la estaba espiando.

—Ayer me llamaron, al departamento y nuestro padre atendió, se lo dijeron —suspiro—. ¿Sabes que tiene que viajar para acá? ¿Cierto?

—Claro que sé —dijo con alegría—. Me iré a vivir con ustedes —Felipe, que la estaba espiando se sorprendió por aquel comentario.

—Pero hay un problema —dijo su hermano.

—¿Cuál? —preguntó Brooke, asustada.

—Las clases empiezan, la próxima semana —suspiro—. Así que, hoy viajas a New York.—le grito su Hermano.

—¿En serio? —Pregunto la pequeña saltando, Felipe siguió oyendo lo que decía.

—Sí, vas a estar con nosotros — Brooke empezó a saltar despacio, y Felipe le molesto—. Además mi madre, planeo el viaje, ella ya lo sabe.

—¿Ella lo planeo? —Preguntó la pequeña.

—Si —dijo su hermano—. Así que ponte a empacar, porque hoy te vas.

—Te amo, te amo —dijo la pequeña, Felipe se fue enojado por su comentario.

—Yo igual, apresúrate que vuelo sale en cuatro horas más —le dijo su hermano—. Te amo y nos vemos.

—Adiós —le dijo la pequeña y corto.

Brooke entro a la sala, donde estaban cenado la familia, le dijo a su madre, por el oído, para que nadie se enterara. La madre la abrazó y eso fue sospechoso, para los familiares. Enseguida ella fue a su habitación, empaco todo lo que tenía. Su madre la ayudo, en todo lo necesario y además le hizo una carta, para que se la entregara a su hermano Fabian, su otro hijo.

Brooke se demoró dos horas y en dos horas, estaría fuera de Grecia, Y sus reglas, sociales y culturales que no eran de su agrado. Cuando ella salió con su equipaje, a la sala principal. Los familiares, primos, primas y familiares de Maximo, empezaron a hablar entre ellos exaltados.

—¿Para dónde vas tú?—preguntó la entrometida de Isabel.

—Me voy de Grecia —dijo ella fria y rápidamente, y esa repuesta sorprendió a sus familiares.

—¿Con quién te vas Brooke? —pregunto su tía, Helena.

—Seguramente, con su novio —dijo su abuela, los familiares empezaron a susurrar.

—No, tengo 14 años —dijo con sequedad Brooke—. Y si fuera así, no les importaría.

Los familiares le hicieron un gesto de desprecio.

—Brooke cariño, el taxi te espera.—dijo su madre.

Brooke Se despidió de su madre, y padrastro; quien la ayudo con sus maletas. Entro en el auto, y empezó andar y vio cómo su madre, lloraba en el hombro de Maximo y le tiro un beso, con la mano; después salió Felipe, con una cara de serio y molesto.

Cuando llego al aeropuerto, le pago al taxi y entro con sus maletas al aeropuerto. El viaje a New York ya estaba e su inició el cual para Brooke fue un poco largo. Al llegar ya a su nueva cuidad, su hermano y padre, la estaban esperando; cuando los vio corrió para abrazarlos fuertemente y les dio un beso a cada uno, después de aquello se fueron directamente al departamento que antes fue su hogar.

El rostro de Brooke se notaba lleno de felicidad.

Al llegar, estaba todo como hace cuatro años. Desempaco felizmente en su habitación, tenía todo lo que había dejado en aquel entonces.

La cena que tuvo con padre y hermano, fue de lo mejor del mundo. Nunca había sentido tan feliz, puesto que llego a Grecia y la vida, fue un infierno. La conversación que tuvo con su padre y hermano, fue la más agradable del mundo. Por primera vez, no se sintió que no encajaba en ningún lugar.

El tiempo te cambia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora