El tiempo te cambia ©

Capítulo 24.- A otro continente.

Brooke y Connor estaban tranquilos a pesar de que iban a ir a Grecia a ver a familia de ella. Sabían que su amor era fuerte y que podrían traspasar las barreras que se antepusieran. Lo que más tenía intrigada a Brooke sería la reacción de sus familiares al verla, han pasado tantos años. Se preguntó qué pensaría Isabel y Felipe al verla, pero trató que eso no fuera relevante al igual que sus recuerdos que se asomaban. Por otro lado Connor tenía en mente como reaccionaria su novia a ver a su familia y en especial a la persona que le robo el corazón cuando joven.

Brooke apoyaba su cabeza en el hombro de su novio mientras estaban el avión con dirección a Grecia. La mirada ella estaba fija en las nubes mientras Connor la acariciaba con su mano su el brazo derecho de ella.

—¿Es lindo Grecia? —preguntó él mientras la miraba.

Brooke lo miró y forma una dulce sonrisa.

—Es muy lindo.

—¿Las facciones de ellos son muy bellas? —Brooke lo miro confusa.

—¿Te refieres a que si son hermosos? —Connor le asintió.

—Hay de todo cariño, pero si, los griegos y las griegas tienen facciones más bellas —le responde ella para volverse acomodar en el asiento.

—No creo que todas sean hermosas como tú —le dice su novio.

Brooke volvió a sonreír.

—Eso espero o si no, tendría que luchar mucho por mi novio.

—¿Celos afrodita? —Connor le dio un beso en la frente.

—No del todo —Brooke lo volvió a mirar pero esta vez se acomodó—. Las griegas tienen una contextura bastante delgada, al contrario mío.

—Pensé que tenían tus atributos muy notorios, ya sabes tú buena trasera y delantera —Brooke le rodeo los ojos—. Lo siento, tenía que decir.

—No soy griega —le responde.

—Afrodita te debes estar equivocando —miró a su novia de pies a cabeza—. Dime entonces si no eres griega ¿Cómo están esas curvas? 

—En parte tengo sangre griega, pero mi padre es latino —le responde ella—. Mis abuelos de padre son latinos. 

—Recién me entero que eres mitad latina —Connor sonrió llevándose sus manos hacia sus labios.

—Pensé que lo sabías —dijo ella.

Connor bajos sus manos hasta sus rodillas y se enderezó sin creer aquello.

—La verdad, es que parecía raro que una estadounidense fuera tan hermosa... —dijo él mirándola—. Cuando supe que eras griega me imaginé que era todas como tú. 

—¿Qué? ¿A qué te refieres? —Brooke lo miró alzando una ceja.

—Bueno a tus atributos hermosos que tienes —le miro los senos—. Es que no creo que seas latina.

—Tampoco lo soy —le dice ella mirando la reacción de sorpresa de Connor.

—Desde niño soñé tener a una latina como novia. —él lo besó. 

—Connor...

—Pero si eres una carne para comer —con eso Connor le dio un beso que devoró sus labios.

Al llegar a Grecia, fueron en busca de su equipaje y después tomaron un taxi en dirección al hotel donde se hospedarían. Gracias a su suegro pudieron adquirir una excelente habitación. Connor estaba sorprendido de lo que hermoso era Grecia. Su cultura, su gente, su idioma, su comida lo estaban fascinando en el poco tiempo que llevaban. Él agradeció que Brooke hablara griego y que le enseñara antes de venir.