8. Última función.

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Sweet Pea me trajo del bar a casa, como siempre le pedí me dejara una cuadra antes, guardé mi chaqueta en mi mochila y me despedí de él. Caminé a casa y en la puerta me encontré a Betty, Verónica y Archie, los salude y dejaron de hablar haciendo evidente que mi presencia ahí era de sobra así que preferí entrar.

—Skye, lamento lo de abajo, es solo que...— entró Archie a mi habitación.
—No necesitaban de mi, lo entiendo, ahora largo.— dije.
—Necesito ayuda.— exclamó y comenzó a decirme que desde que Betty y Verónica se enteraron de su relación con Geraldine, habían tratado de alejarlo de ella y esta vez entrado al auto de la profesora, donde habían encontrado un arma y una licencia con otro nombre.
Aconsejé a mi hermano por un rato y luego fui a dormir con ayuda de mis pastillas, de nuevo.

—¿Iras al autocine?— me preguntó Kevin a la hora del almuerzo.
—No lo sé, no quiero ver cómo se va otra parte de mi vida.— dije ya que amaba el autocine y no quería ver que se fuera, aunque principalmente porque había acordado ir con Fangs y Sweet Pea. Intenté investigar quién era él comprador anónimo pero lo único que encontré en los archivos de mi padre fueron las iniciales "L.i" que no me servían de nada.

Después de pasar una hora pegada al computador haciendo el artículo que Betty me había pedido, fui con Jughead a Pop's hablamos un rato y le dije que iría a la función aunque tal vez de incógnito para que nadie me viera llorarle a un viejo lugar.
—Sabes donde estaré si me necesitas.— mencionó.
—Lo sé, gracias Juggie.— repliqué.

Fangs paso a recogerme en cuanto mi hermano dejó la casa, fuimos en su motocicleta hasta el bar, donde yo guardaba la mía, una vez ahí nos fuimos al autocine con toda la pandilla.
La película fue la que le sugerí a Jug en el dinner, "Rebelde sin causa", lo cual me hizo sentir un revuelco en el estómago y sin poder evitarlo sonreí lo más que me lo permití.

Sweet Pea sugirió que trepáramos al techo ya que tendríamos una mejor vista. Cuando llegue ahí, vi un sofá viejo, unas mantas y unas almohadas, supe que ellos habían hecho eso para mi y estaba tan conmovida que no pude evitar soltar unas lágrimas aunque por suerte ellos no vieron. Fangs fue por los dulces y palomitas mientras Sweet Pea y yo hablábamos sobre Jughead, le conté qué tal vez podría sentir algo por él, aunque no estaba segura.

Pasamos la película entera riendo y aventándonos palomitas, de pronto aventábamos latas de soda a la pandilla y no se daban cuenta que éramos nosotros, lo cual era muy divertido. Al final, decidí ir a la cabina, sabía que Jug estaba ahí y que no se encontraba del todo bien.
—Hola...— susurré y él volteó con una sonrisa nostálgica. —¿Estás ocupado?— pregunté sabiendo que no lo estaba, él me hizo una seña para entrar y eso hice, me senté en el camastro que estaba ahí, él me acompañó en seguida; suspiró y no pude evitar sentir un pinchazo en el corazón, lo abracé de inmediato, las lágrimas no tardaron en salir y él me acercó más a su pecho.
—Lo siento, Juggie.— dije entre sollozos.
—¿De qué hablas?— me separó repentinamente y se paró frente a mi.
—Yo intenté hacer algo, intenté salvarlo, evitar que mi padre hiciera ese trabajo, pero lo único que encontré fueron caminos que me llevaban de nuevo al principio.— lloré más, él se hincó frente a mi, tomó mis manos y me obligó a mirarlo.
—No es tu culpa ¿si? Skye, esto no es culpa de nadie más que de la alcaldesa.— dijo y me abrazó nuevamente. Nos quedamos así un rato, en silencio, solo acurrucados el uno con el otro, pensando en que pasaría ahora. Después de un rato, aún abrazados hablamos sobre la aventura de Grundy y le conté los nuevos detalles, acerca del nombre falso y el arma en su auto; pronto, sin darnos cuenta ambos nos quedamos dormidos, enganchados el uno al otro.

Out of a Mystery || Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora