Out of a Mystery || Jughead Jones

3. Malos ratos.

En la escuela estuve con Betty y Kevin, hablamos un poco y cuando llegamos a la oficina encontramos un hermoso ramo de rosas amarillas.
—¡Que hermosas! ¿Son para Betty?— preguntó Kevin emocionado.
—Por eso la llame.— replicó la secretaria y Kevin leyó la nota.
—¿Quien es V?— preguntó el.
—Verónica.— dijimos las tres al mismo tiempo.
La chica entró con una caja de panecillos traídos desde Nueva York, al saber que a Betty le llevaría una eternidad comérselos, tome la iniciativa y junto con Kevin me acerque a Verónica y tomé la caja que la chica traía en manos, mientras seguía hablando con Betty, Kevin y yo salimos corriendo de la recepción con un manjar entre manos.

Al llegar a la clase de Biología, había dos chicas insinuando que Cheryl había matado a su hermano. Me acerqué y estiré mis brazos frente a ellas.
—Tómenlo.— dije dulcemente.
Inseguras pusieron sus manos debajo de mis puños y en ese momento dejé caer los centavos de mis manos.
—¿Por qué no van y se comprasen una vida?— exclamé y Cheryl me sonrío agradecida, por más que fuera una maldita —a veces— nadie merecía que le hablaran así en una situación como esa.
El profesor llegó y pidió que nos centráramos en parejas.
—Yo voy con Cheryl.— exclamó Archie.
—Yo iré con Betty.— dijo Verónica, a lo que Betty respondió que estaba con Kevin, aunque Muse llegó a robárselo, así que salí al rescate de mi mejor amigo.
—Ah ah.— me negué justo antes de que Muse se sentara. —Aquí voy yo.— reprendí.
—Oh vamos.— bufó Moose y se fue.
—Gracias.— dijo Kevin abrazando mi brazo. —Dios mira eso.— exclamó en un susurro mi compañero de banca al ver a Cheryl con una navaja en su mano. Ella la enterró en la rana que yacía frente a ella ferozmente causando un susto a muchas personas.

Después de algunas horas más en clases, fuimos al almuerzo. Iba con Betty, Kevin y Verónica, nos encontramos a mi hermano escribiendo unas canciones y Verónica pidió que nos la mostrara. Mientras Archie cantaba, Betty comenzó a llorar y sentí un drama venir.
—¿Betty? ¿Estas bien? — preguntó Archie. Ella le dijo que estaba harta de esperar, que lo amaba y no quería hacerlo más pero que necesitaba tiempo para superarlo y dicho esto, ella se fue, Archie corrió tras ella y después de unas palabras más, ella lo dejó ahi, lo cual fue justo como una cubeta de agua fría para mi hermano.
—Debo irme.— dije de pronto y me fui corriendo, pues recordé que debía recoger unos libros en la biblioteca antes de la práctica de porristas.

Ya iba cinco minutos tarde, corría por los pasillos hasta que en uno di vuelta y choqué con alguien.
—Maldición.— dije recuperando el equilibrio.
—¿Estás bien?— preguntó esa conocida voz.
—Si, lo siento.— me disculpe.
—Debes dejar de ir tarde.— advirtió Jughead dándome un libro.
—Debes dejar de espiar a las personas.— reí alejándome.

Al llegar al gimnasio noté que Cheryl no estaba y corrí con Verónica y Betty, las saludé, parecía que había llegado en un mal momento. Ellas discutían sobre mi hermano y yo estaba intentando calmar la situación, hasta que Cheryl llegó y nos aviso que las Pussycats vendrían, en ese momento Betty la invito a una manicura y tomada de la mano de Cheryl se alejó.
—Yo le di ese cupón.— dijo Veronica.
—Tranquila, solo está exaltada. Aunque no hubiera estado tan mal si me hubiese invitado a mi.— bufé y después de un segundo de pucheros de ambas, cruzamos miradas y reímos. 
Después de la práctica fui a caminar por las calles de Riverdale, cuando ya estaba a punto de obscurecer regresé a casa y encontré a Jughead sentado en el pórtico.
Lo llamé por su nombre y él me saludo, dijo que quería hablar con Archie pero no estaba en casa así que decidí acompañarlo un rato.
—Ese día fue inolvidable.— rió Jughead.
—Más que eso, te pusiste de acuerdo con mi hermano para pedirme matrimonio y él a Betty.— reí recordándonos en el segundo grado. —Aunque siempre hubo algo que no entendí, Betty le enseñó al idiota de Archie a leer y por eso pidió su mano, pero yo no hice nada por ti.—