20. Poder

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—¿Estás segura de que no quieres que te lleve?— preguntó Jughead en referencia a South Side High.
—Juggie, ya te dije que estaré bien, tengo amigos y poder asegurado.— le advertí de nuevo.
—Mmm...— gruñó. —Pero ten cuidado, por favor. Y recuerda que yo iré por ti.— aseguró y colgué el teléfono.
Salí del bar y los chicos ya estaban esperándome, subí a mi motocicleta y nos fuimos a la escuela, realmente disfruté el camino, no era tan lejos pero tampoco tan cerca.

—Alto ahí. Antes de dejarla así, necesitarás esto.— dijo Sweet Pea refiriéndose a mi Harley, pues iba a dejarla en el estacionamiento pero al parecer, necesitaba una estampilla de las serpientes para mantener a cualquier idiota alejado de ella.
Hicimos una pequeña ceremonia y al final entramos por las puertas de South Side High, debo admitir que me sentí como en la típica película norteamericana donde entran todos como si fueran dueños del lugar, pude notar que las serpientes causaban ruido aquí y eso era bueno, así podría empezar de nuevo, nadie conocía mi historia. La adrenalina corría por mis venas, cada paso que daba en esas botas negras de plataforma me causaba sed de más y más poder.
—Elige tu nuevo casillero.— dijo Sweet Pea corriendo por algunos casilleros abriendo sus candados, todos estaban vacíos así que metí mis cosas en uno.
Pasamos el día entre clases y a la hora del almuerzo, Toni llevaba un tonic serpent, una bebida única del white whyrm, para celebrar mi primer día. Me la estaba pasando fenomenal, me sentía como la mismísima reina de Inglaterra, tenía la atención de todos y debo decir que escuché un par de rumores sobre mi llegada.
"dicen que recién salió del reformatorio, por tercera vez" "la llaman Flame porque una vez incendió una casa" y cosas por el estilo, para ser honesta algunas historias eran bastante buenas.

Toni me llevo al Red & Black, el periódico escolar, me dijo que podía ayudarle con las fotografías, pues ella sabía que era una de mis pasiones. Al final del día, fuimos una hora a unificar los archivos y le ayude con un par de cosas más.

Han pasado dos semanas, en las que me ha ido de maravilla, tengo pase dorado a cualquier cosa con este tatuaje y esta chaqueta. Honestamente, si, extrañaba casa y aún no hablaba del todo con Archie, pero era evidente que ya no había odio de por medio.

Caminaba por los corredores de la escuela pensando en que llevaría a casa hoy para comer, pues cada Viernes comía algo de Pop's con papá. Cuando me di cuenta, note que la gran mayoría de estudiantes tenían unas cosas de colores que parecían popotes; me acerqué a una chica y le
pregunté qué eran con un tono autoritario.
—Jingle... Jangle.— respiro con dificultad. Al ver mi expresión respondió —Es lo nuevo en sustancias, todos la están probando.—
—¿Y a quien le debemos el placer?— dije sarcástica.
—Al sugarman.— sonrió, parecía interesarle ese tema, pues estaba por decir algo más cuando el profesor de Literatura salió de algún lado, la saludo y de inmediato borro la sonrisa de su cara. Yo le resté importancia y seguí mi camino hasta el estacionamiento.
—¿Lista? no queremos llegar tarde— dijo Big Boy al verme aparecer.
—De hecho, si.— comenté —debo ir con mi padre y a recoger unas cosas, no beban mucho sin mi.— apunte a todos con mi dedo índice acompañado de una mirada amenazante y monté mi motocicleta, puse la llave y arranqué, fui alejándome poco a poco de la que ahora era mi vida, mi rutina y cotidianidad.

Pasé un rato con mi padre y Vegas, nos pusimos al día, vimos un poco de televisión y papá me pidió que subiera a mi habitación sigilosamente. Al abrir la puerta, esperaba ver el desastre que había la última vez que estuve ahí, pero me llevé con una gran sorpresa.
—Oh, Dios.— gritó mi hermano, quién estaba dejando una pequeña caja sobre mi cama.
—Demonios, lo siento. No quería asustarte.— reí ligeramente y en ese instante desvíe mi mirada un poco, llevándome otra enorme sorpresa. Ya no había un desorden inmenso, no más tapiz roto ni espejo hecho trizas, no más ropa en el suelo ni papeles en todos lados. Había un nuevo tapiz, era azul pastel, con unas pequeñas serpientes como patrón, además, había una pared totalmente blanca y en la cama había un par de pinturas en aerosol, lápices, cintas y algunas imágenes de serpientes. Estaba boquiabierta.
—La habría dibujado yo, pero ambos sabemos que se te da mejor a ti.— sonrió Archie, refiriéndose a la serpiente que debería estar dibujada en la
pared blanca.
—¿Tú hiciste todo esto?— pregunté atónita.
—Si, la mayor parte.— hubo un pequeño silencio —Escúchame, sé que fui el idiota más idiota de todos y eso es algo que jamás lograré perdonarme; pero entendí que no por ser de una pandilla diferente eres una persona diferente, la casa no es lo mismo sin ti y honestamente la vida tampoco lo es. Lamento mucho haberte hecho sentir avergonzada de quien eres en realidad y también lamento no haber estado para ti cuando lo necesitaste.— esbozo mi hermano, supe que cada palabra vino del lugar más puro que pudo, su corazón. No me contuve, así que corrí a sus brazos y lo rodeé con los míos.

Out of a Mystery || Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora