36. Amor

2.4K 131 4
                                    

Habían pasado varios días desde nuestra declaración de guerra contra los bulldogs, habíamos pintado el sello de las serpientes sobre el suyo en los vestidores y aún no había respuesta mayor a los gruñidos en los pasillos y miradas fulminantes.
El director había permitido el uso de las chaquetas después de una plática con la convincente Verónica Lodge y conmigo.

Polly ya vivía con los Cooper de nuevo y Archie pasaba menos tiempo en el penthouse de los Lodge. Betty había venido a visitarme después de la escuela y me pregunto sobre la memoria encriptada que me había dado.
—Oh, claro. Lo olvide por completo, aún faltan un par de cosas por terminar, es una multiencriptación.— cuando enfrente a Hiram ya había eliminado un par, suficiente para que alguien más pudiera terminar el trabajo con algunos clicks.— Había resuelto dos pero parece que después de cierto tiempo, se crean de nuevo, así que tuve que empezar de cero. Solo necesito un par de días más y podremos revelarlo.— hablé mientras daba un sorbo de té.
—Tranquila, sin presiones. Sólo tengo curiosidad por lo que guarda, quiero decir que, estaba escondida en el lugar más remoto, viene multiencriptada y ese símbolo raro en el frente.— alargó la mano a la memoria y pasó sus dedos sobre ella.
—Lo sé, pronto sabremos de que se trata.— sonreí y guardé la memoria. Aún había algo que hacer, no hablaba del dispositivo, sino del dueño.

Conduje hasta la conocida dirección, me estacioné al frente, toqué la puerta y esperé a que el mayordomo me dirigiera al estudio, una vez dentro fui amable.
—Hiram.— hablé cortando el silencio de la habitación —No creí que pudieras ser tan... ¿como decirlo? Infame.— comencé, el hombre dejó su bolígrafo dándome toda su atención —Vine aquí a contarte todos mis planes y tú corriste tras ellos pensando tenerme justo donde querías.— hice un puchero —La cosa es que cuando creíste estar tres pasos adelante, yo estaba cinco más allá. Me enviaste justo a donde quería, debo admitir que no planeaba volver de así, pero aquí estoy. Y hoy vengo en son de paz para hacerte una última oferta antes de dar el comando final a la programación y revelarlo todo.— dejé de caminar y fui directo al escritorio.
—No tengo idea de lo que hablas, Skye.— sonrió. 
—Bien, me temo que estará hecho por la mañana ¿cierto?— me di la vuelta lentamente y acaricié la caoba de su escritorio con recelo —Mejor corre mientras puedas, tarde o temprano te sacarán de aquí a rastras.— hablé por encima de mi hombro y salí. Me sentía triunfante, y es que sí, parte de lo sucedido estaba en mi plan para acabar con ese maldito parásito trajeado, no todo, obviamente.

Conduje al trailer de Jughead y al entrar no pude verlo, lo llamé un par de veces y cuando mi vista cayó a la mesa, vi un pedazo de papel. Había dejado una nota.
—Si estás leyendo esto por favor espera aquí. Debemos hablar, es importante.
Fue cuando deje la nota en donde estaba que fui consciente del desastre que había. Ropa en todas partes, los sofás estaban volteados y la cocina vacía. Comencé a recoger un par de cosas cuando la vi, la misma caja de metal que yo había encontrado antes con un arma, estaba sobre la barra. Abrí la caja y no había pistola dentro, solo tenía un pañuelo y una caja de balas. Esto es serio.
Saqué la caja y el sonido que emitió me reveló que aún había balas. Tomé una entre mis manos y la observé minuciosamente, tenía en mi mano casi el poder total de acabar con una vida y por un segundo, un microsegundo, su cara pasó por mi mente.
—Hola.— escuche del otro lado de la habitación, Jughead cerró la puerta detrás suyo y camino hacia mi. Lo besé en los labios y habló desganado —Lo encontré recién, él llamó. Dijo que ya había entregado el arma.— su rostro estaba devastado, el tono de su voz era de pura decepción y confusión.
—Jug, estará bien. Sabes que el no lo hizo.— hablé bajo.
—No, ese es el problema. Que no estoy seguro si lo hizo, ha hecho cosas malas antes y por lo que sé, necesitaba dinero...— comenzó a hablar muy rápido.
—Ey, basta. Sabes que así esté al día con las cuentas, jamás le quitaría la vida a alguien y menos al primogénito del legado Blossom.— lo tranquilicé, fuimos al sofá y nos sentamos —Si lo que hace falta es esperanza, la tendré por ambos. No dejare que tu padre se pudra entre cuatro rejas por algo que no hizo.— tomé sus manos con las mías y lo obligué a mirarme a los ojos.
—¿Te he dicho lo mucho que te amo, Andrews?— susurró y acercó sus labios a los míos.
—No lo suficiente, Jones.— lo besé y subí a su regazo, sus manos acariciaban mi espalda y las mías masajeaban su cabello, era la mejor sensación.
Jughead se deshizo de mi chamarra y yo de la suya, tomó mis muslos con sus manos y me cargó hasta la cama, él estaba sobre mi y la temperatura subía tan rápido que cada prenda hacía que hirviera el deseo. Pronto, solo estábamos hundidos entre las sabanas, aflorando el sentimiento más íntimo que conocíamos. Amor.

Out of a Mystery || Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora